HASTA SIEMPRE A PAUL DI´ANNO

En esto del rock hay algunos personajes que están en el lugar adecuado y en el momento justo pero que, por avaters de la vida, toman caminos impensables. Recuerdo perfectamente conocer a Iron Maiden pero ya con su tercer disco de 1982, The Number of the Beast, un auténtico hito en la historia del rock moderno. En este disco ya la banda habían cambiado al bueno de Paul Di´Anno por Bruce Dickinson, con gran acierto. Un poco más tarde escuche los dos primeros discos, más rudos, toscos, honestos, menos producidos, pero llenos de calidad y talento en los que la voz de Paul me agradó mucho.

Pero lo echaron. Y no es por que Di´Anno fuera un mal cantante, que no lo era, tan poco por actitud ni presencia, si no más bien por entender la vida de un modo más punk que metálico. Las drogas, la falta de disciplina, la rebeldía y no cumplir es algo que el señor Harris, amo y señor del proyecto, ni toleraban ni toleran, Maiden es un universo sumamente profesional, es la única manera que estos proyectos sigan adelante, y personajes así son claramente cortoplacistas, de tierra quemada.

Convertido con el tiempo en un maltrecho juguete roto e intentando ganarse algunos cuartos ordeñando esos dos primeros discos, Iron Maiden y Killers (bien buenos por cierto) Paul ha caminado más de cuarenta años por la rabia, el desconcierto y los problemas hasta su reciente fallecimiento. Recordémoslo como ese estupendo cantante de 1980-1981 dando lustre a temas tan estupendos como este Remember tomorrow. Descanse en paz.