Buf, a ver como me enfrento yo con esta noche de terror, porque no es fácil. Primero agradecer a un querido amigo el aviso sobre la salida del primer corte de la banda neoyorquina, es un hito realmente reseñable para éste que escribe que tuvo una época de gran fan de la banda.
Hagamos un poco de historia. Han pasado ya más de 30 años cuando estos muchachos salieron de la oscuridad gracias a un tema, Pull me under, y una cadena, la MTV, que programó algo que muchos dijimos (entre los que me encuentro) "guau, ésto lo tiene todo". Y es que estos virtuosos de academia y metódico trabajo reunían casi lo que siempre habíamos anhelado, canciones impresionantes, poca comercialidad, virtuosismo, cambios de ritmo y un camión volquete de notas progresivas de esas que te dejan completamente satisfecho. Melodía pero metida en un turbo de metal.
Aquellos años memorables, memorables de veras, pude encontrarlos en pequeñas salas españolas, con ya una creciente legión de seguidores, desgranando discos y tours que considero insuperables. Ese periplo desde el segundo al séptimo disco es historia del metal progresivo, es beluga, sin discusión. Y para poder hacer esos platillos, siempre ha sido elemento clave el batería, Mike Portnoy. Es mucho más que un tocador de tambores, es el impulso creativo, conceptual, es la grasa, el queroseno y el circo que necesita un combo como éste para no resultar un quinteto de cámara pelín, digamos, aburrido.
Tres discos no especialmente memorables llevaron al equipo hasta la increíble salida de Portnoy que nos destrozó a todos el corazón pero que, de manera sorpresiva, nos ofreció un sorprendente conjunto de nuevas ofertas musicales capitaneadas por el hiperactivo artista que han llenado de felicidad estos años... mientras su vieja y querida banda, con los estómagos rebosantes, las cuentas correctas y un muy buen batería en sus filas, se iba lentamente desinflando.... sin dolor, pero de bajón.
Estaba claro que, siendo aún jóvenes, y con el vínculo que mantienen Petrucci y Portnoy, más allá de la música, esto iba a ocurrir, además, a nadie amarga un estadio lleno y volver a tener turbo en el motor, aunque las estructuras estén más viejas.
Y dicho todo ésto, en 2024, no reencontramos con un primer tema de los Dream Theater que nos hicieron soñar. Y mi sensación es agridulce, no por esperar más, sino porque ya no somos los mismos. En mi opinión muchas cosas han cambiado en estos 13 años. La brecha y el camino abierto, entre otros, por estos queridos Dream Theater, ha dado paso a muchas bandas, excepcionales que, en mi opinión, ya les han adelantado en la carretera, por los lados, por detrás, hasta por la cuneta.
Como músicos (vean el vídeo) no hay más que decir, hablamos de virtuosos y muchísimas bandas no tienen, ni por asomo, un tema así en su setlist, pero es Dream Theater, es la aristocracia del progmetal, esperamos las estrellas y cometas. Tras escuchar el tema, con la paciencia que merece, tengo la sensación de que el virtuosismo intenta esconder cierta falta de inspiración, porque lo importante es lo que hay detrás, y son los temas. Un gran riff, excelentes solos, correcta aportación de LaBrie, maestros Myung y Rudess, excepcional, claro y nítido Portnoy, sideral y veloz el maestro de cabecera Petrucci. Pero me resultan algo planos.
Creo que Haken han superado a DT en calidad compositiva y en virtuosismo.... no es una cuestión de velocidad, es una cuestión de partitura, creo que Leprous, Between the buried and me, Animal as leaders, Devin Townsend proponen pescado más fresco y apetitoso que nuestros queridos DT, o eso siento. Seguramente es un problema también del que escribe porque nunca va a tener la emoción y la sensación de aquel 1992, nunca será lo mismo, lo tengo claro. También es cierto que el metal se ha hecho más rico, complejo, intelectual y ha agrandado la oferta hasta límites insospechados y quizás estos dinosaurios no se han adaptado bien al tiempo nuevo que les toca vivir.
Ya no habrá otro Metrópolis, porque tampoco Maiden sacará un The number of the beast, Crüe un Shout at the devil, ni tantos otros ejemplos. La juventud, el riesgo, la frescura, la disrupción, parecen ser hijas de una época de la vida de las bandas. Con el tiempo, como nos pasa a todos en el trabajo o en las aficiones, pues cuesta evolucionar, romper con todo, y uno se acomoda y busca el confort, es la historia del ser humano. Creo que a DT les falta abrirse un poco al mundo y salir de sí mismos, y me extraña por Portnoy, que le gusta más cambiar de banda que a un perro de farola, pero he tenido la sensación de volver, un poquito, a los agónicos 2005 en adelante.... esperaba destrucción y atrevimiento, esperaba sorpresa, emocionarme.... porque la velocidad en el punteo ya sabía que iba a ocurrir.
Ahora, con Mike a las baquetas, destaparán esos siete discos, como lo hace Maiden, ACDC, Guns, KISS, Bon Jovi, y ganarán mucho dinero y serán muy felices. Está claro que bandas que sigue componiendo con inspiración hay las justitas, pero es que nadie dijo que iba a ser fácil. Pues eso, a ver el resto de ese Parasomnia, a ver si no nos lleva al sueño y sí al insomnio.
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