sábado, 9 de noviembre de 2024

ALIEN (1979) LA VIGENCIA DE UNA OBRA MAESTRA

ALIEN, la chachi, la primera de Ridley Scott, es la peli que más veces he visto en una sala de cine. Empezando por aquel lejanísimo 1979 hasta llegar a diez veces, me refiero exclusivamente a la primera entrega.

De vez en cuando la reveo y cada vez me parece más excepcional. Esta película fue un ejercicio de riesgo y talento extraordinario, de esos de los que ahora estamos tan ausentes. De entrada, mostrarnos una nave de transporte, alejada de las odiseas espaciales, la piratería o las guerras galácticas, resultó una innovación de gran frescura... había habido alguna cosita por el estilo, pero eminentemente naif. Peli del espacio parecía, pues no chaval, aquí tenemos una peli de terror adulto de las que erizan los pelos de la espalda, así salimos de la sala por entonces, abrumados. 

El guión es maravilloso, y detrás de una película top debe hacer un guión insuperable. Cómo nos va mostrando ese universo tan cercano de personas que, simplemente, cumplen un trabajo aparentemente rutinario y pesado y que acaban envueltas en un película de terror con un ritmo, una tensión y un suspense de alto voltaje dirigida con maestría. La selección de actores es magnífica (7 cracks, ésto es como los power-trío del rock, pocos pero eminencias), estando todos a un esplendoroso nivel. La sobria y nada excesiva muestra de decorados, tecnología y escenarios, creíble y acertada (esos primeros minutos de encendido a la vida del Nostromo han sido copiados cien mil veces) nos traslada posteriormente al universo de Giger, orgánico, terrible, salido de la mente única del suizo, un acierto de Scott que ha pasado a la historia del cine.

El diseño de vestuario es una delicia, ajustado, sin estridencias. Cada herramienta, cada aparato y cada máquina aparecen usables y ciertos, algo denodadamente difícil en una cinta de ciencia ficción. Alien es un portento como diseño de monstruo, de hecho creo que es uno de los seres más versionados y clonados de la historia, sus fauces, sus primeros planos, su estructura, un antes y un después, convirtiéndolo en una criatura, en mi modesta opinión, a la altura del Monstruo de Frankenstein, Darth Vader, Drácula o el propio King Kong... es uno de los grandes seres que ha dado el cine, salido de un trabajo en equipo. Es terrible, maligno, no tiene piedad, es un depredador sin empatía, es un "malo" de libro. Estoy convencido de que en alguna secuela lo convertirán en un ser empático y acabará acariciando un gato. Alien es el MAL y el mal existe, y es bueno que los chavales sepan que existe, que no perdona, es letal y no da segundas oportunidades, no como los hombres lobo de hoy en día, con los que te puedes tomar una Fanta.

Hay muchas escenas que son historia del cine y que todos ya conocemos, no me extenderé sobre ellas. La dirección de arte es digna de doctorado universitario, los planos, travellings, la especialísima iluminación que consigue esa sensación de terribles claroscuros, de escondidos y tenebrosos escondrijos para el monstruo, los planos secuencia cuando tocan, el ritmo de cámara en hombro cuando se espera, es un merluza de pincho de esas que te duelen cuando se acaban. La música (Goldsmith), metida con una sapiencia que hace llorar entra cuando debe entrar, el resto de los sonidos, desde el cascabeleo de esas cadenas que gotean agua refrigerada, cada interruptor, cada sonido digital, no falla nada.

La ves cuarenta y cinco años después de su estreno y sigue fresca, moderna, vigente, hasta se le perdonan los pequeños fallos técnicos hijos de la época.

Hoy es difícil encontrar un Alien en el cine, como es difícil un Jaws, Star Wars, Encuentros en la Tercera Fase o cualquier tipo de producción arriesgada donde la cosa era un "todo o nada" a la ruleta. No es un comentario nostálgico, son los propios cineastas, como el otro día Quentin Tarantino, los que abominan de la decadente realidad cinematográfica que vive el cine norteamericano, quizás un poco síntoma de la decadencia cultural, filosófica, humana y creativa que sufre la otrora pujante nación. Aquella generación de cineastas que querían cambiar el mundo ahora se dedican a cine menos disruptivo, aunque siguen apostando, como Coppola, Spielberg o algún otro, por meterse en desastres que yo les aplaudo, no tanto lo hacen sus contables. Me queda esperar algo de Wes Anderson (que aún haciendo siempre la misma peli me encanta ver la misma peli), algo italiano y poco más, de más allá del Atlántico no espero más que mediocridad. De hecho, y lo saben ustedes, la cartelera vive de franquicias, versiones y secuelas... si recuerdan ustedes algo "nuevo", un universo, personaje o peli que merezca la pena referenciar soy todo oídos... quizás lo último "nuevo" que hace hecho el cine USA es Toy Story y ya han pasado 30 años, lo que ha transcurrido con la animación después es para olvidar.

En estos tiempos de Alien 9, Terminator 6, Transformers 5, Spiderman 6, Gru 56, Harry Potter 32, ahora estrenan Gladiator 2, incluso Santiago Segura y sus secuelas, que es cine alimenticio, comercial y muy respetable, se ve una obra como Alien como lo que es, una obra maestra, todo lo demás, incluidas las secuelas de la propia saga, son para mi ejercicios comerciales que están basados en un cuenta de resultados y no en el riesgo y el talento. Son tiempos de cero riesgo, de puritanismo, mediocridad y perfil bajo, son malos tiempos para el cine. Y Alien me sigue pareciendo una soberana maravilla.




2 comentarios:

  1. Pendiente de ver la Romulus... sigo intentándolo. Abrazos amigo

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  2. Yo paso de franquicias Jesús, de verdad, me aburren soberanamente... abrazos

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