viernes, 9 de noviembre de 2012

La noche de Valpurgis (León Klimovsky 1971)

Ayer nos acercamos un buen amigo y yo a ver a Jacinto Molina en su cuarta encarnación de Hombre Lobo. Esta noche de Valpurgis es de difícil definición. Un amable introductor, fan del asunto, nos preparó para lo que venía pero no sabíamos lo que venía. Estas películas hay que entenderlas como ejercicios pop, ya que por guión, montaje, y conjunto, son de un bizarro que asustan al más pintado. Colocados en nuestras "butacas de crítico" del Cine Club Cerbuna (una delicia el espacio y los sentidos que en el se reviven) asistimos a la proyección con una sonrisa en la boca y estupor en la mirada. Aunque sólo sea por ver estas pelis en pantalla grande y volver a revivir esas sensaciones de antiguo cine merece la pena la cosa. En lo relativo al filme, lo pasamos genial. Rodado en los míticos y reutilizados espacios de Navacerrada, ambientado en el norte de Francia, vampiras y hombre lobo, decorados de pandereta, extraños cortes temporales y situacionales, filtros divertidos, situaciones impensables, primeros planos desternillantes y un Paul Naschy muy metido en sus cosas y disfrutando del momento. Lo mejor son los "momentos vampiras", que incluso muestran un vestuario interesante. Los secundarios son tremendos, sobre todo ese tipo que aparece de repente en pleno monte. Guión furibundo, planos tan mal iluminados que nada se distingue y mucha diversión. Merece mucho la pena ir a estas cosas, son películas especiales que dan la vuelta sobre sí mismas destilando toda la artesanía y la pasión que cuatro técnicos y algunos "actores" volcaron en aquella lejana España. Muy recomendable.

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