lunes, 19 de octubre de 2015

"Romances de ciego" de Alberto Casañal

Los romances de ciego se diferencian de los romances habituales en que están hechos con lenguaje "no culto". 

Alberto Casañal fue un catedrático de matemáticas que tenía mucha gracia y que hacía unos romances "baturros" muy divertidos los cuales además, coinciden con el principio de siglo XX, la Exposición de Zaragoza de 1908 y otros eventos curiosos. 

Casañal, que solía leer estos versos en cenas, eventos o inauguraciones, vio también sus piezas publicadas en aquel Heraldo de Aragón. Este pequeño librito editado con cariño fue de mi abuelo y mi padre me lo regaló como si fuera un tesoro. Sólo disfrutar de este baturro cerrado que, desde su aldea, visita la Expo 1908 es ya todo un acontecimiento literario.

Hay uno sobre el fin del mundo memorable.

Escuchen los encredúlos 
los herisiarcas y ateos 
que se feguran que el orbe 
toa la vida será eterno, 
el descurso que va á échales 
este probecico ciego 
que, aunque no tiene de cencía 
más que un barniz muy ligero 
(pues no ha pisau en su vida 
ni estetutos ni colegios 
por ser, como pué probase, 
güerfáno de nacimiento) 
va á descrebir á su modo 
el terrible fenómeno 
que la humanidá viviente 
presenciará un día de éstos. 

Sigún recientes cálculos 
de un astrónomo extranjero 
que tié el tetúlo de mago 
y catorce ú quince premios 
ganaus en juegos noriales 
y en certámenes diversos, 
á mediaus del presente año 
que es, como sabís, bisiesto, 
en las rigiones cósmicas 
que forman el universo 
aparecerá de pronto, 
sin apercibínos de ello, 
un cometa incandiescente 
(ú pa hablar más claro, ardiendo) 
con una cola gasíosa 
de ochenta palmos y medio, 
compuesta, como pué vése 
consultando el barómetro, 
de sustancias mortíferas, 
entre ellas el cianogéno 
y otros gases nefríticos 
ensolubles é insipédos, 
que cuando se les respira 
preducen igual efeuto 
que las morcillas ú bolas 
que les echan á los perros. 

Este celebre cometa 
que en la época de los griegos 
hizo en Italia y Ñapóles 
unos estragos tremendos 
y que jué, sigún se dice> 
por Cánovas descubierto, 
anunciará su llegada 
con relámpagos y truenos; 
se apagarán las estrellas; 
se nublará el firmamento; 
Marte, Saturnio y Uriano 
se eclisarán por completo 
porque el trópico de Cáncer 
se correrá al lau izquierdo. 
Cairán dos ú tres bólidos 
que al deshacése en framentos 
resudarán por sus poros 
cosmético y pez hirviendo. 

El cercúlo de la luna 
aumentará un melimétro 
y en el centro del cercúlo 
se le formará un bujero 
por el que echará las tripas 
y tó lo que lleva drento. 

Los que hablen por telefono 
en tan aciagos momentos 
sufrirán una descarga, 
si no se apartan á tiempo, 
que los dejará impididos 
ú cabronizaos ú secos. 

Habrá en los ferrocarriles 
varios descarrilamientos 
(prencipalmente en la línea 
que llaman de los direutos) 
y naufragiarán los pocos 
acorazaus que tenemos. 

Se perderán los olivos 
y aparecerá un inseuto 
paecido á la filosera, 
(pero más gordo y más negro 
por ser á la vez anfibio 
molusco y catecúmeno) 
que no dejará en las viñas 
ni tan siquiera un sarmiento. 

Cuando el cometa en su órbita 
se aproxime al pirifelio 
y llegue á nuestra atmosfera 
el mitioro sidéreo, 
sin presagiar el peligro 
tó el mundo estará durmiendo 
(encluso los vegilantes, 
policías y serenos.) 

Lleno de pánico al vele, 
un soldao que estará hiciendo 
la guardia, le echará el alto 
las veces de riglamento, 
y al no ricibir rispuesta 
contra el entruso hará fuego, 
más no logrará la bala 
penetrále en el cráneo 
pues los cometas son astros 
que están aforraos de hierro 
y que tién endurecidos 
los tuétanos y los sesos. 

Al ruido de la descarga 
se pondrán en movimiento 
hasta los paralíticos, 
los baldaus y los enfermos, 
y al respirar los efluvios 
ardientes y pestíferos 
que dispidirá el cometa 
por tó el globo terraquedo, 
unos perderán la vida, 
otros el conocimiento 
y otros, por precipitase, 
entrambas cosas á un tiempo. 
Darán los perros ladridos 
fúnebres y lastimeros; 
rebuznarán las gallinas; 
cacariarán los jumentos 
y en sus guaridas, graznando, 
se esconderán los conejos. 

Los carlistas que están siempre 
pa echase al campo dispuestos 
tratarán de aprovechase 
del general disconcierto, 
pero el cometa malino 
sin compadécese de ellos 
los riducirá á ceniza 
antes que logren su ocjeto. 
 
Las aves y los pájaros 
dejarán de poner güevos 
Irán muchismas presonas 
á refugiase en los templos 
pero por más que se esjuercen 
no salvarán el pellejo, 
pues se hundirán, de risultas 
de un terrimoto tremendo, 
las torres de las iglesias, 
encluso la de La Seo 
de la cual quedará solo, 
el chapitel en su puesto. 

En vano los concejales 
tomarán el güen acuerdo 
de mandar que las músicas 
cerculen por los paseos 
pa que los pusilánimes 
pierdan una miaja el miedo; 
no estará naide pa gromas 
divirsiones ni recreos 
y hasta los mesmos músicos 
á causa del cianogéno 
fallecerán de repente 
agarraus al estrumento. 

Con el llanto y las glarímas 
crecerá el nivel del Ebro. 
No se verán por las calles 
na más que endeviduos muertos 
y como no habrá médicos 
que acudan á socórrelos 
tendrán, quieran ú no quieran, 
que vesitáse ellos mesmos. 

A los cuatro ú cinco días 
será el mundo un cimenterio; 
se irá el cometa alejando 
por el espacio etéreo 
y cuando güelva la calma 
bajará, el Siñor, del cielo 
á juzgar como es debido 
á los malos y á los güenos. 

Así dará fin el mundo 
en el año que corremos. 
Y por si alguno sospecha 
que lo que hi dicho no es cierto, 
güeno es que tenga presente 
que, aunque soy sordo y soy ciego, 
no me gusta echar mentiras, 
y en estos istantes, menos; 
pues no iba á échame al bolsillo 
nenguna cosa mintiendo. 

¡Quien me compra otro romance! 
¡A perra gorda lo vendo! 





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