Los que hayáis visto la película Big Fish, de Tim Burton, conoceréis al personaje, los que no, os recomiendo su visionado, es una cinta que te ayuda a reconocer a muchas personas y observar como algunas de ellas ven el mundo.
Estas personas, las soñadoras, no dejan nunca de ser niños, la vida es una aventura llena de juego, fantasía, diversión y entretenimiento para los demás, una realidad, la propia y la ajena, que les hace muy felices.
Esa pequeña "aventurización" de la vida, que es tan dura en su esqueleto, tiene un resultado maravilloso. Porque las historias no son lo que son, son como se viven, como te emocionan, .... y como te las cuentan hace que se conviertan en inolvidables, memorables, ejemplares y muy muy divertidas.
Tener a un Big Fish cerca es un privilegio, porque desde niño vives la vida de esta manera, con la boca abierta y los ojos asombrados por esas inmensas aventuras. Todo cuanto haces, fabricas, aprendes, es pura fantasía y gira alrededor del asombro, asombro ajeno, y de la sorpresa. Aprendes a dibujar cosas locas, a recortar en madera para colgar maravillas en los cuartos infantiles, a esperar la impuntualidad, a recibir regalos en los momentos adecuados, regalos tan valiosos como el tebeo más chulo o el juguete más deseado, o el más espantoso, a hacer excursiones a lugares vulgares pero que la imaginación convierte en espacios mágicos, a buscar en eriales posibles tesoros piratas escondidos en un paraje que jamás albergó castillo alguno.... a buscar peces inimaginables, a ir a pescar sin cebo, viajar sin gasolina o con coches en peligro de grave avería, a ir a comer a lugares remotos que llevan años cerrados a cal y canto, a preguntar por personas que te daban como referencia y llevan años fallecidas, en definitiva, a convertir tu vida en un inmenso tablero de dados de mil caras.
Luego, cuando eres adulto, desde los ojos envejecidos te das cuenta de que muchas de esas cosas eran ensoñaciones, aventuras, cuentos de hadas... con una base firme, sí, real, concreta, pero adornados por las mil y una anécdotas que las hacían únicas. Tu primera reacción, como en la película, fue "¡me engañaste!", je, una estúpida reacción. Unos pasos más adelante en el camino dices "dame más, más por favor", porque lo único que deseas, en este terrible y durísimo mundo y vida diaria en el que nos desenvolvemos, es poder conseguir tener esa capacidad de verlo todo con ojos de niño, de jugar con cada una de las pequeñas cosas que antes te fascinaban y ahora te parecen olvidables.
Y ves a Big Fish con ternura y profundo amor y respeto, y paladeas cada aventura. Yo he tenido la suerte de poder disfrutar de esta experiencia, desde siempre. Y del fascinante proceso.
Recuerdo un día con Big Fish que íbamos de viaje a un lugar muy conocido por nosotros. Decenas de historias de personajes imposibles, cercanos al Lazarillo de Tormes por un lado y a Mariano Ozores por otro, bizarros, carnavalescos, surrealistas y divertidísimos. Ves al narrador con ojos de "venga ya", sabiendo que el mundo es imposible que sea tan de comedia, tan genial. Al llegar al destino, como por arte de magia, y ubicados en una mesa de un antiguo casino rural, donde acontecieron aquellas brutales aventuras aparecen, uno a uno, como en aquella épica escena final de la película de Tim Burton, aquellos caracteres que un rato antes habíamos escuchado novelados.... "existen, es cierto".... miras fascinado, "era verdad... pues sí, era verdad". Adornos, florituras, exageraciones y ornatos que, no solo los habían convertido en leyendas, sino en emociones vivientes para los que escuchamos.
Soy un privilegiado, lo se, porque he vivido una historia así. Y hoy escribo estas líneas en homenaje al mayor contador de historias, entretenedor y legador de felicidad que nunca he conocido y que me ha hecho ser como soy, mucho mejor. Una de mis últimas conversaciones con él, fascinante, fue sobre un "Diario de relojes". Mmmm, extraño concepto, un diario de relojes. Llevar, con minuciosidad, un cuaderno de bitácora con tu colección de relojes, características, procedencia, historia y estado.... y, adjunto, una detalle denominado MLP.... que significa "Me lo pongo", y al lado, la fecha de uso de cada uno de estos relojes.... acabado el día, retiras el reloj a su cajita, le vuelves a poner su etiqueta numeradora y, al día siguiente, ale, a disfrutar de la emocionante decisión de ver qué reloj te pones y pasas a modo MLP ese día. Simplemente sublime y tan sencillo como convertir la rutina en puro juego, en pura emoción.
Contad historias, divertir con vuestras anécdotas, intentad haced feliz a la gente con vuestras glosas, adornadas o no, ¡qué mas da!... lo importante es despertar las emociones y hacer que el día a día, que ya es suficientemente duro, sea, como dice una amigo mío, pura fantasía. Nos aporrean cada mañana con noticias de personajes que no nos importan ni merecen nuestra atención, de gente que debería estar a nuestro servicio pero que nada hace por nosotros, sin valor. Seamos nosotros, y muchos de los que pasamos por aquí, en nuestros humildes espacios de escritura y difusión de cosas bonitas, quienes hagamos con nuestras pequeñas andanzas un poco más felices a todos, como Big Fish.
Hasta siempre querido Big Fish, MLP.
Lo siento mucho, un fuerte abrazo
ResponderEliminarGracias, un abrazo
ResponderEliminarhasta siempre,buen viaje....MLP
ResponderEliminarAbrazos hermanos Saz.
ResponderEliminarGracias querido amigo
ResponderEliminarEse señor del carrete para pescar sin prisas, despacito...
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte, brothers
Correcto.... tal cual, abrazo Guti
ResponderEliminarEsas vivencias te forjan como persona y son eternas ...
ResponderEliminarÁnimo Antonio y Arturo, un abrazo fuerte.
Totalmente, gracias y un abrazo
ResponderEliminarAcabo de enterarme de la mala noticia, del último viaje de quien fue un auténtico mito en mi casa. No sabía nada, nadie me ha avisado hasta hoy. La distancia física y también la emocional con la cofradía es lo que tiene. De tu padre se ha hablado siempre en casa con devoción y muchísimo cariño. Ana, Antonio, Esperanza, Carmelo… mi madre, en conversación telefónica, me desgranaba hoy algunos de los nombres de quienes asistieron a su boda: tus padres estaban allí. Tus padres siempre estaban allí. Un abrazo grande, también para tu hermano.
ResponderEliminarEstimado Antonio, nuestro común amigo Jesús, me ha hecho partícipe de la mala noticia y del maravilloso texto que habías escrito. un abrazo enorme, y que sigas sintiendo su presencia que, seguro, os hará seguir miles de aventuras.
ResponderEliminarGracias Sergio, tu familia siempre ha tenido la misma valoración en la mía, así que tenemos que estar a la altura del legado con nuestra amistad y forma de entender la vida. Una generación maravillosa que recordaremos y tendremos siempre a nuestro lado, una época solidaria, mítica de personas con mucho nivel. Un abrazo y a ver si nos vemos pronto.
ResponderEliminarGracias Diego, seguiremos nuestras aventuras con el valor de su legado, un abrazo.
ResponderEliminarSergio, Esperanza y Carmelo eran llamados tíos en mi casa, poco más que decir... un tiempo fabuloso aquel.... seguirá vivo en nuestros recuerdos y ya ves, la cultura de las cosas nos ha reencontrado.... un abrazo
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