Bonitos personajes dedicados por Paco Ibáñez que han aparacido en diversos tebeos de mi colección sin ningún tipo de orden ni sentido.... echos de menos un buen Sacarino.... espero tener la oportunidad de conseguirlo.
Veo con tristeza que la gente vende a precio de oro estas generosas y bonitas dedicatorias personales del maestro, conseguidas en sus maratonianas sesiones de firmas, están en su derecho de hacerlo, lo que no se es como pueden hacerlo. Para mi, son tesoros personales de primera división.
Autenticos tesoros, sin duda, esos autógrafos con viñeta. Sobre el tema de la venta y la especulación pues ya es un tema muy manido, lo que para unos es pasión para otros es negocio. Eso es así y siempre lo será.
ResponderEliminarPues tienes toda la razón, un abrazo
ResponderEliminarEn una de mis vidas tuve la suerte (el privilegio) de integrar el equipo que hace posible la Feria del Libro de Zaragoza. Traté de aprender, al principio, y de quitar la caspa y modernizar su imagen, después, ya como presidente (en realidad, chico para todo). El caso es que en su momento, en plena tormenta de ideas y cuando barajábamos nombres a los que invitar a encuentros con lectores, el de Ibáñez era un fijo en la quiniela. Mea culpa: jamás logramos subirlo a un tren que lo condujera hasta Zaragoza, alegando su edad y que desde su editorial insistían en que no salía ya de Barcelona para promocionar sus últimos álbumes. Sí recuerdo que por la sede en Independencia de El Corte Inglés pasó de vez en cuando; y ahí sigo, día tras día en Encants, pendiente de conseguirte (y sorprenderte) con algún viejo original de Bruguera de los que de vez en cuando aparecen a la venta.
ResponderEliminarYo he tenido lamsuerte de coincidir con el en muchas ocasiones, hasta de compartir mesa y mantel, es un tipo fenomenal. Que pena que las instituciones no reconozcan en vida a una persona que, cuando no este, estará en boca de todos aquellos que ahora no lo valoran, así es este país, un abrazo
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