AUTOS LOCOS TOMASIN

Un par de bonitos Tomasines de Tonka que guardo con cariño.








DEPORTE CON ARRAIGO

Un tema bonito y no con demasiada visibilidad. El pasado 23 de junio se celebró, organizado por el Club Barraires de Zaragoza, una jornada de juegos tradicionales aragoneses, pulseo de pica, hoyetes y bolinches de Monreal, todos deportes que suenan bonitos y auténticos. Bien por este tipo de actividades que son cultura, arraigo y autoestima.



THE GROOVY FOUR (27/6/2024) EL CORAZÓN VERDE

Muchas veces, muchas veces, pequeños acontecimientos se convierten en una gran celebración. Ayer, un poco de sorpresa, nos presentamos en un pequeño local cerca del Parque Grande, El Corazón Verde, a ver a una excelente banda de blues / R&B / swing, The Groovy Four. Excelentes.

40 personas ante los miles que convoca cualquier trapero de éstos, mundo loco el que vivimos. Martín Burguez (Uruguay) a la voz y la guitarra, enorme el amigo, Arnaud Desprez (Francia) al saxo, Pascal Mucci (Francia) a la batería y Oriol Fontanals el contrabajo. Qué buen bolo vive Dios. Llevan vuelo los amigos, pero el proyecto es nuevo, y excelente, un homenaje a los años 40 y 50, pasando por el swing y soltando tres piezas de blues negro de las que quitan el hipo. 

Curtidos, especiales y llenos de talento, nos pusieron a todos en pié en un concierto de los de silla, buen vino y patatas crujientes, pero esta gente levanta a un muerto. Me encantó el detalle de un espectador que, durante el concierto pintó una acuarela de la banda, que éstos recibieron con sorpresa y cariño. En la foto la maleta de viaje de cds de la banda con la acuarelita. El disco es un bálsamo de calidad, ellos cercanos y sencillos. Un magnífico concierto.


 


jueves, 27 de junio de 2024

ORANGUTANES

No me he podido resistir. Esta fotografía de 1972 me parece formidable. Corresponde a la quinta película de la saga de El Planeta de los Simios, concretamente a "La Batalla del Planeta de los Simios" estrenada en 1973. En ella un grupo de orangutanes, que son los políticos y jueces de la sociedad simia, miran con diferentes expresiones, entre el desprecio, la desconfianza y el orgullo, a la cámara que los eterniza. Es una fotografía oficial del dossier de prensa del Festival de Sitges de la edición de 1972, lleva en el dorso los sellos oficiales correspondientes, lo que le da historia y valor. Pero la fotografía por sí misma, en mi opinión, es única y brutal.




miércoles, 26 de junio de 2024

CRÓNICA RIDÍCULAS DE UN MERODEADOR (XIX) RECADERO A SU PESAR

 














 

Las cosas tenían que ocurrir cuando tenían que ocurrir y los encargos debían tener un por qué y una razón detrás. Si a cada cosa que se le ocurría el remedio consistía en una búsqueda, compra o adquisición, íbamos por mal camino. Así que hace ya tiempo había decidido que todo lo que llegara a la colección debería tener un estricto sentido, más que nada para que al verlo cada día no apareciera en el hombro un Pepito Grillo cantarín al son de “¿para qué?”.

En esto caso todo tenía sentido y pasión empujando. Llevaba tiempo pensando en  hacer un bonito regalo a alguien que se lo merecía muy y mucho, el típico compañero de batallas y gustos, ese tipo de persona que dice la misma palabra que tú cuando ve un libro en el rastro o un tebeo en el escaparate. Así que, ni corto ni perezoso contactó con uno de sus grandes ídolos de la tinta y el acrílico, ya venerable y ultrajubilado para hacerle un encargo artístico, eso que los americanos llaman “comissión”. Había reflexionado sobre el asunto largo y tendido, porque era mucho dinero y, de hacer un encargo de este tipo, debía ser muy creativo y original para no caer en el típico asunto referente a aquel personaje o aquella portada que todos tenían en mente, lo consideraba esencial.

Además, el regalo tenía una fecha determinada detrás, ineludible, y había que ponerse en marcha. Al final, tras muchos devaneos, se encendió la bombilla de la originalidad. Un par de ilustraciones, una para el amigo y otra para su colección, de un par de personajes que dicho autor había realizado en los viejos años setenta del pasado siglo para una empresa norteamericana, algo extraño y diferencial que esperaba nunca le hubieran encargado.

Tras tantos años de peregrinar por el mundo del arte pop pudo contactar con el artista deseado, una persona humilde, sencilla, extraordinaria, bastante ajena a la veneración que congregaba ante su pincel y sus creaciones, muy típico en el país. Aquel hombre era un pensionista que se ganaba alguna perra haciendo este tipo de encarguitos aquí y allá. Accesible, respondedor y entrañable, contestó de inmediato a nuestro protagonista.

La idea consistía en esos dos personajes, cada uno mostrado en un pliego DA3, de papel de ese que quita el hipo, generoso y acabado con primor. La petición fue recibida con cierta extrañeza, ya que el maestro ilustrador estaba acostumbrado a otro tipo de peticiones. “¿Pero estás seguro que quieres ésto?”. “Voy a intentar recuperarlo, lo hice hace tanto tiempo que no se si podré solucionarlo”.

La respuesta generó algo de inquietud en el coleccionista, pero ¿qué es la vida sin riesgo?. Pasó medio mes y el veterano maestro remitió un mensajito a su esperanzado cliente. “Creo que lo he conseguido, pero te mando un par de fotos del móvil y me dices si está a tu gusto”. Su móvil y su cámara estaban en la misma línea de veteranía que su propietario, no eran de gran calidad y la resolución dejaba mucho que desear, pero ahí estaban los encargos.

Dos obras maestras, especiales, esmeradas y emocionantes. Todo lo que buscaba estaba tras el color y la tinta, toda la magia del siglo veinte y de aquellos fascinantes y críticos años setenta. “Magnífico maestro, muchas gracias”, y el coleccionista transfirió los maravedíes al creador.

“Te preparo un cilindro de cartón duro, resistente, y mañana voy a Correos a enviarlos”. Al día siguiente, el venerable anciano pintor de mil magias se fue hasta la sede de Correos de su barrio, sito en un bonito pueblecito de costa, de pequeño-mediano tamaño, un lugar lleno de encanto, con luz especial.

Los años nos estaban para muchos viajes a Correos, tras esperar un buen rato, pudo certificar el paquete, una sonrisa de paz apareció en su serena expresión, de vuelta a casa, siesta y por la tarde paseo por la playa.

El paquete no llegaba, y los nervios del coleccionista iban en aumento. No se recibía en destino, no aparecía en origen, los días pasaban, las fechas apremiaban y las obras maestras estaban en paradero desconocido.

El coleccionista llamó al maestro, el maestro no tenía ni sabía qué decir, su reputación era impecable, su responsabilidad legendaria y su trabajo ... pues se había esfumado. Puso rumbo de nuevo a la oficina de Correos, un día, otro, otro más… así hasta casi una decena, creó una auténtica senda del dibujante desde su casa a la pequeña sucursal.

El coleccionista también acudió a su sucursal de recepción, sita en una gran ciudad, llena de lío y trasiego. “No hemos recibido nada”, “No nos consta”, “Hable con el remitente”, “Que raro”…. Y las joyas perdidas en el limbo.

Llegó el día en el que debía entregar el regalo, y no pudo ser, sólo alcanzó a hacer como George Lucas con los primeros juguetes de Star Wars que no llegaron a las estanterías de las tiendas en navidad de 1977; “pronto en sus pantallas amigos”.

El sudor frío bajaba por la espalda del coleccionista. Una última intentona en su oficina. “Ese paquete ha sido devuelto”. “¿Cómo?” pensó. Pero bueno, por lo menos no había sido incinerado. En origen el ilustrador, ya agotado y casi rendido, seguía yendo a la oficina hasta que un día, finalmente, le llegó el paquete devuelto. Habían pasado casi dos meses y el universo estaba a punto de derrumbarse, ya sabemos que estas cosas, pese a ser pequeñas, son muy importantes, y ya empezaba a haber desgaste entre fan e icono.

“Lo vuelvo a mandar”, espetó con nerviosa incertidumbre. Y sí, tras otra larga espera, llegó. habían pasado tres largos meses de gestiones, caminatas y frustración, casi una estación.

Cuando el coleccionista colgó en la pared de su habitación de chucherías la brillante y excepcional ilustración, tan esperada, tan escondida y tan perdida, tan encontrada, no pudo más que emocionarse. Cuando aquella persona querida la recibió, también lo hizo. Al final, no solo tenían en sus manos obras deliciosas, además atesoraban los kilómetros que el pobre artista, arriba y abajo, había hecho por la senda del dibujante.

En origen, el viejo ilustrador, miró su móvil; “todo ok, gracias maestro, nos encantan”. Suspiró, apagó el móvil, se tumbó en el sillón orejero, saboreó la brisa marina que entraba por la ventana de la galería y pensó: “Algo he tenido que hacer mal para tener que estar pegándome estas palizas a mis años, cullons”.

 

LA BELLEZA SEGÚN LA IA

Un anuncio inteligente poniendo en duda si lo que selecciona la IA es lo que queremos y dando la vuelta al concepto.


 


martes, 25 de junio de 2024

ARTÍCULO SOBRE LO QUE “EL PLANETA DE LOS SIMIOS NOS ENSEÑA” EN EL PAÍS

Me ha parecido un artículo de cierto interés. Siempre he defendido que El Planeta de los simios es una película con una alta carga de significado detrás, que toca un montón de asuntos con una alta carga de profundidad, como el racismo, el futuro del planeta, las dictaduras, la falta de libertades, la importancia del conocimiento y el cáncer que es la ignorancia.




¡POR FIN COMIENZA EL COMBATE!. FIGURA "BOXEADOR CAMPEÓN" DE URTAIN DE CREMEAL

Mucho tiempo detrás de esta pieza de Cremeal, la del boxeador Urtain. Mi querido hermano me la ha conseguido en el Mercado de Juguete de Figueras (gracias hermano), lleva desgaste de numerosos combates, pero me encanta así, bien golpeada. Es una pena pero mucha gente ya no asocia a los famosísimos púgiles españoles estas "marionetas" con palanca para boxear, que sacó la empresa Cremeal a finales de los 60.

Cremeal de hecho fue una empresa ciertamente exitosa haciendo este tipo de figuras y otras de ventriloquía que se vendieron de perilla en Reino Unido y Europa. Pero las que a mi me fascinan son las del boxeador cubano Pepe Legrá "El Puma de Baracoa" y el pobre Urtain, que tan mal fin tuvo, pero que fue, en su momento, el deportista más famoso y reconocido de España, ya se sabe que los boxeadores suelen tener vidas ciertamente complejas y su fama es una montaña rusa.

Creaciones Cremeal S.A. el tema de los derechos no lo gestionaba especialmente bien, más bien no lo gestionaba, y tienen figuras que corresponden claramente a estas personas, como Pepe Legrá, Urtain, Antonio Machín, o el mismo Kubala. Sin ningún tipo de rubor los bautizaron como "boxeador campeón" en el caso de los púgiles, Hawaiano (¿¿¿???) en el caso de Machín y futbolista en el de Kubala. Hay una figura de bruja que llevo muchos años buscando, muy difícil, que daba escobazos en vez de guantazos.

La que es de traca es la del "hawaiano" Antonio Machín, que tengo impecable en caja. En vez de guantes de boxeo, un par de ruidosas maracas y ale, a disfrutar del mecanismo, alta creatividad.

En la caja de Machín (sin ningún rubor es el documento que corresponde a Campeón) aparece un bonito documento que reza cosas tan singulares como:
"CAMPEÓN es un juguete creado par pequeños y mayores; compruebe que con CAMPEÓN, se crea un ambiente de extrema diversión y deportividad. CAMPEÓN dará a su reuniones familiares o amistosas un carácter alegre. Por su fácil manejo CAMPEÓN es indispensable entre los juguetes de los pequeños".

Tosa una serie de argumentos cargados de buenas razones.