domingo, 28 de enero de 2018

DUNKERQUE (2017) CHRISTOPHER NOLAN

Hoy en día hay que ir al cine con sumo cuidado que el 90% de las delicias que te ponen en la mesa suelen ser fast-food insípidas llenas de digital insulso, siempre en mi opinión. Pero siempre que las productoras y los inversores lo permitan, el talento sale a relucir.

Me pasa mi hermano Dunkerque. Nos encanta, desde siempre, el cine histórico relacionado con la Segunda Guerra Mundial, es lo que hay, pero cuando uno reconoce las batallas, sobredimensionadas digitalmente con el afán de apabullar, huye como perro apaleado, eso me empujó a no acudir al cine, grave error por mi parte.

La coproducción con UK y países europeos permite a Nolan huir hacia escenarios mínimos y movimientos personales que hacen de Dunkerque, siempre en mi opinión, una pieza valiosa. La incorporación de actores no conocidos y, sobre todo, la aportación siempre excepcional de Mark Rylance (vaya papel delicioso), junto con las gotas siempre valiosas y emocionantes del Sr.Branagh, pues oigan, desembocan en un bonito y memorable documento.

Me encanta que minimicen los escenarios, reducidos a la cabina de un Spitfire, la bodega de un pequeño barco o la proa de ese bote salvador que cruza el canal. Quizás me sobra ese subidón heróico final, Dunkerque al fin y al cabo fue un desastre, pero entiendo que es cine y una costosa producción.... hay que dejar buen sabor de boca. Transmite la desesperación vivida, la impotencia de un hundimiento, el horror experimentado, y no es fácil.

Me quedo con esa gente del bote, el padre, el hijo y el desgraciado joven amigo, su trayecto y su forma de abordar los acontecimientos.... y con esos dos pilotos de Spitfire, que ostras, derriban aviones como colillas (no era el caso), pero vaya belleza plástica de imágenes, vaya sonidos y vaya realismo delicioso (Y vaya respeto documental a los objetos).

Dunkerque es una peli de esas que salen al año que quedarán en algún librillo académico como de lo salvable de 2017, con gran justicia.


2 comentarios:

Iván Ordovás dijo...

Comparto tu opinión, amigo mío.
El momento del hundimiento, y las cabinas de los spitfires, soberbios. ese traqueteo del asiento que hacia que temblara la voz...
Grande.
Yo le sacaría dos cosicas que me chirriaron. En el momento "big hero" del final se distinguían edificios en la costa que claramente NO podían ser de ese año, sino muy posteriores.
Y otro, el más grande a mi modo de ver. En ningún momento tuve la sensación de que en esa playa hubo lo que hubo. Es que se supone que tendría que haber entre 250.000 y 300.000 personas. Eso no se refleja, y me parece fundamental. El caos de aquella playa no lo vi en ningún momento. Me parece bien la elección de pequeños escenarios, ojo. Pero no se... En los planos generales... Una fila aquí... Otra fila medio kilómetro más allá en una playa vacía...
Esa playa estaba a rebosar.
Pero bueno. Es una peli que como dices huye de lo convencional para centrarse en lo pequeño. Pero esos planos generales con la cantidad de gente adecuada... Me faltaron. Igual lo quiso hacer así para remarcar la sensación de soledad, no lo sé...
Para completar, y dado su espíritu viajero, le recomiendo vivamente que pase un día en el Castillo de Dover. Además de lo espectacular y absolutamente ma-ra-vi-llo-so del recinto, el acceso a los túneles aprovechados y ampliados con la II Guerra Mundial es brutal. Puesto de mando, hospital de campaña y exposición con magnífico documental sobre la operación Dinamo.
Abrazo grande, amigo.

Antonio Saz dijo...

Efectivamente, se ven edificios no acorde con el momento histórico, grave e inesperado error.... sí que es cierto que hay veces que la playa parece desolada.... y se ven sencillas hileras de hombres desesperados, creo que está forzado para evitar el "efecto Señor de los Anillos" que es de agradecer.....

tomo buena nota de ese Castillo de Dover....

un abrazo

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