Otra maravilla Madelman de las que apetece tener. No dispongo de los misiles, por desgracia. Recuerdo perfectamente como la conseguí. Hubo un momento, en los noventa, que andábamos locos por encontrar en jugueterías "joyas olvidadas" por los dueños de los establecimientos. A veces, entre todo el marasmo de novedades, por casualidad, aparecía alguna pieza en condiciones.
Uno de esos propietarios de juguetería (uno de los más importantes de la ciudad) nos tenía fichados y se había dado cuenta de la jugada realizando un filtro importante en su stock para que no se le escapara ninguna delicatessen, menos si era de Geyperman o Madelman. Pese a ello, una tarde, me presenté en su amplio local y lo revisé de arriba abajo. A veces veía al comerciante mirando al fondo del pasillo como diciendo "este tipo seguro que encuentra algo, pero se va a llevar un chasco".
Para su inmensa frustración, debajo de una de las estanterías metálicas enormes que tenía, a ras de suelo y muy escondido, divisé este prodigio juguetero (la obra de Bargalló es como un faro en una noche de marítima), todavía con un ridículo precio en pesetas de los 70. Llevé el juguete a caja, el hombre vio con resignación el precio (todavía no había llegado el euro) y tuvo que cobrarme lo marcado, para su desesperación y y mi satisfacción.
He "arrancado" el motor de gatillo y el viejo helicóptero ruge perfectamente. Esta caja dispone de una excelente ilustración de Bargalló que no aparece en otros cajas, la e los cuatro modelos de helicóptero.
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