Me fascina el rastro del Parking Expo de Zaragoza (a veces), entre billones de basuras siempre hay alguna pequeña perla. No puedo entender qué hace esta edición belga de Tintín de 1980 entre un lote de cuadernos, pero bueno, la señora vendedora ha tenido a bien pedirme 50 céntimos de euro por él, no podía dejarlo ahí en un estado tan impecable. Ya nada vale 50 céntimos. Así que por un tercio de lo que vale un café con leche un Tintín belga a casa, son las delicias de ir al rastro.
3 comentarios:
Esto si que es una ganga-chollo total, Antonio. Esas joyitas a precio irrisorio, ya casi imposibles de encontrar. Enhorabuena suertudo y fuerte abrazo de Javier.
A la búsqueda del tesoro abandonado, siempre, abrazos!
Aunque es mucho más chollo las pulgas mágicas te lo garantizo, joyitas
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