Bueno, ha costado unos cuantos años pero viejo el Tyrrell ha vuelto a la vida. Fabricado en cuatro colores en 1973 representa a un vehículo ganador de los primeros setenta que condujo el inolvidable Jackie Stweart.
Recuerdo perfectamente como se conducía este coche, de hecho su estado es el resultado de muchísimas horas de circuito. Extremadamente ligero, velocísimo, lo que conllevaba una más que compleja conducción ya que sus impresionantes aceleraciones en rectas necesitaban una astuta corrección en curvas, muchas de ellas acababan siendo el espacio donde los vuelcos y las estrepitosas salidas llenaban de golpes el buen coche.
Mi vehículo fue el amarillo, y lo he conservado estos 50 años, de hecho este año es su aniversario, y entendía que merecía recuperar su brío. He conseguido un coche donante en el mercadillo de Casetas (nada de repros o piezas nuevas) y, con la generosidad de ese voluntarioso y desconocido donante, el buen Tyrrell ha recobrado prestancia, nunca debió perderla. Ya no está para trotes, aunque el motor permanece vigoroso, lo pondremos, como los millonarios americanos, en un garaje para vista y deleite de su propietario.
En la foto puede apreciarse el lamentable estado en el que estaban los dos Tyrrell (conservo la caja) y tal como ha quedado tras un (como siempre) torpe proceso de mejora. Ha sido simplemente desmontar y añadir.
4 comentarios:
Quedó estupendo, como en sus mejores tiempos.
No volverá a correr más que, si llega el momento, una vuelta de homenaje, abrazos
Genial, amigo
Un poco de chapa y pintura aficionada, je, abrazo fuerte Jesús
Publicar un comentario