Un país dolorido y valiente en plena construcción, lleno de gentes estupendas, buena comida y muchas ganas de tener merecido protagonismo. Inolvidable. No es Grecia, no es Italia, no es Kosovo ni Macedonia, no es nada más y nada menos que Albania con su propia personalidad, una mezcla única y diferente fruto de siglos de zarandeos y altibajos. Ojalá en unos decenios podamos de hablar de él con admiración y sigan en este "alti" que parece continuista.
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