DE LAS RABAS Y LA ENSALADILLA A LOS HECHIZOS Y LA COMIDA MASS-MEDIA

No dejo de sorprenderme día a día de las cosas, pero eso es buena señal. La calle Jordán de Urrés en Zaragoza, es una estrecha vía peatonal en pleno casco histórico jalonada de pequeñas tabernas y barcitos muy majos, con más o menos años, pero todos llenos de buenos sabores, gambas plancha, rabas, tapas más o menos personales y caldos muy interesantes. Del Belanche hasta el Tragantúa, uno tras otro destilan grandes sabores y buenas gentes tras el mostrador.

Uno de mis preferidos era la Taberna el Clavel, un negocio familiar sacado adelante con cariño y esfuerzo por la matriarca y su gente, con la que hemos compartido muchos vermús y algún encuentro familiar inolvidable. Me ha extrañado verlo unas semanas cerrado y ayer, aprovechando un paseo veo con tristeza que ya no existe, que el rótulo es otro, son los tiempos que corren, las gentes se jubilan y el mundo cambia, la pena es cuando desaparecen experiencia buenas.

El nombre del nuevo bar es "El Caldero Mágico", mmm, ojo. Entramos con ganas de probar la nueva propuesta, esas paredes nos traen interesantes recuerdos, la del fondo, con una estupenda pintura mural, resultaba muy evocadora (la han eliminado), la barra de madera una maravilla. De entrada me encuentro con una pareja comiendo en una mesa nada más entrar ataviados con unas capas, no se, será carnaval?.... el propio camarero, muy amable, me recibe con una extraña vestimenta y me pregunta si tengo reserva.... "Pues no, veníamos a tomar un vinillo y una croqueta". "Estamos llenos, esto es ahora un restaurante dedicado a Harry Potter".

Estupor.

"Pueden mirar la carta si desean". La carta no puede ser otra cosa que lo que TODOS los restaurantes hacen ahora, hamburguesas, alitas, nachos, ensaladas, hasta bocadillos de chorizo, eso sí, todo con smigols, élficas palabras, no se qué godric y algo de fenix, jaja. También hay un taller de pociones... según dicen, "una carta reducida pero muy rica que hará las delicias de los magos de la región". Comida sencilla, americana, muy fácil de preparar y que deja mucho margen. Hacer unas buenas gambas gabardina requiere otro estilo de cocina, por muy sencillas que sean de cocinar.

En el comedorcito donde tantas veces nos hemos juntado familia y amigos han puesto un techo lleno de una espuma como si fueran... ¿nubes? y el camarero lleva una extraña vestimenta entiendo que evocando a algún personaje de la saga.

Estoy por la magia de los sabores, pero no por la comida estándar que hacen todos y a la que, poniéndole un apellido, te ofrecen como si fuera especial. Cambiar deliciosas rabas o una ensaladilla casera de muerte, o la famosa "clavelita" por "Nachos del destino" (nachos con salsa de queso y jalapeños, muy de la peli) o por patatas Dracaris (patatas fritas con chili y bacon) pues bueno, no me interesa. En fin, llevaremos nuestros cuerpos a otros bares, las gallinas que entran por las que salen, dicen.

Les deseo lo mejor a las gentes de El Caldero Mágico, al fin y al cabo son emprendedores que buscan ganarse el pan y los tiempos están cambiando, lástima que su oferta ya no conecte con éste que escribe pero estoy seguro que les irá bien tirando de la saga Potter. No es nada personal, pero soy de anchoa, gamba, vermú bueno y, por descontado, me niego a ponerme una capa para cenar, por muy mágica que sea. 

Hasta siempre al Clavel, gracias por estos años de honestidad, sencillez y amabilísimo trato.