El vampiro en la ciencia

(Portada de un libro alemán de vampiros de 1733).
(fuente wikipedia).
La ciencia llama vampiro (Buffon 1761) al murciélago hematófago que habita en una región de América y que, en la nocturnidad , se alimenta de sangre, especialmente de ganado. Es la medicina la que ha intentado explicar el origen del mito, especialmente del folclórico. Un neurólogo español, Juan Gómez Alonso, propone una convincente explicación del mito a partir de una serie de enfermedades que lo sustentan:
LA PESTE. Durante el siglo XIV, la peste era transmitida por pulgas de ratas, para evitar el contagio, las víctimas eran enterradas sin constatar la muerte clínica, sufriendo algunos una atroz agonía, infringiéndose heridas para escapar y aparecer cadáveres conservados y con manchas de sangre, lo que estimularía la superstición. Por otra parte, la palidez, fatiga, cansancio, respiración entrecortada se explicaba por la anemia por falta de glóbulos rojos y desnutrición a veces provocada por ayunos religiosos que pretendían purgar pecados.
EL CARBUNCO. Su sintomatología da el perfil de la persona atacada por vampiros.
LA RABIA. Transmitida por perros, lobos, murciélagos, durante su incubación semeja una transformación semejante a la del vampiro, afectando posteriormente al sistema límbico con un cuadro de "rabia furiosa", con agitación, insomnio, hipersexualidad, retracción de los labios, exaltación de los reflejos contra la luz, el aire, los ruidos o ver su imagen reflejada en un espejo. Rechazo al agua (extrapolable al agua bendita??)-
LA PORFIRIA. Fotosensibilidad, el organismo en un intento de proteger la piel desarrolla hirsutismo (exceso de pelo), característica que Bram Stoker incluye en su Drácula. Deformidades faciales, destruye labios, cartílago de la nariz, afila las orejas y ojos rojos. Palidez extrema y ansiedad de sangre, intolerancia al ajo, alteración mental obsesiva y cruel.
ENFERMEDADES PSIQUIÁTRICAS. La psicosis y la esquizofrenia son los diagnósticos habituales para explicar la conducta vampírica, dándole incluso al vampirismo una categía singular dentro de las parafilias.
MEDICINA FORENSE. Cuando en una aldea se exhumaba un cadáveres para comprobar que no estaba afectado de vampirismo, en algunos cuerpos se desarrollaban grandes cantidades de bacterias que acumulaban gases en el interior y al clavar una estaca en el pecho del finado le provocaban un suspiro o grito que era en realidad un escape de gases y eso daba a entender que el pobre muerto erea una criatura "durmiente" todavía activa. Esta labor era muy temida por las personas que la realizaban, ya que muchos de ellos sufrían enfermedades al inhalar los gases que brotaban del cadáver al ser manipulado.