Me ha encantado el pequeño reportaje que han hecho este domingo en "El Semanal" que se entrega con Heraldo de Aragón sobre el 25 aniversario de "Amanece que no es poco" de Cuerda, donde han tenido la delicadeza de incluir al mítico SAZA en la foto de familia. SAZA está muy enfermo y hace dos años tuvo un problema de salud que le hace no recordar absolutamente nada de su vida en el cine y en el teatro, lo que es una auténtica desgracia. Merece la pena leer este conito reportaje.
"¿Dónde me pongo, chata?». Camina con ayuda de su hija y su
sobrino y sacarlo de casa lo desubica, pero sigue siendo tan
disciplinado y formal como en sus días de máxima productividad, aquellos
en los que llegó a rodar un centenar de películas.
La que hoy trae a José Sazatornil a un estudio es una de las más populares y divertidas en las que ha participado, Amanece, que no es poco,
de José Luis Cuerda, que cumple 25 años. Con ese motivo y con el de la
publicación por primera vez del guion original (editado por Pepitas de
Calabaza), convocamos a varios de sus protagonistas, aunque muchos
lamentablemente ya no están. Cassen, Luis Ciges, Manuel
Aleixandre, Aurora Bautista, Rafael Alonso, María Isbert, Antonio Gamero
y Queta Claver han fallecido. De aquella generación, el de mayor edad
ahora es Sazatornil. Luego, Chus Lampreave, que declina participar en el
reportaje porque no se encuentra bien.
En realidad,
Saza, a sus 88 años, no puede aceptar por sí mismo acudir a esta sesión.
Desde que hace casi dos años lo sometieron a una operación por un
problema intestinal, ha perdido gran parte de su memoria. No recuerda
nada de su trabajo en el cine y en el teatro, aunque reconoce
perfectamente a su familia. Son ellos quienes lo animan a posar
con los que fueron sus compañeros. No los reconoce, pero parece
sentirse cómodo entre ellos. Y cuando se le pide que se mueva, que mire o
que sonría, responde con su inconfundible voz y un efusivo «chata» como
coletilla.Saza puede no acordarse de su vida en el escenario, pero no
ha olvidado cómo posar. Y es que han sido muchos años frente al público y
la cámara. Debutó en el teatro con solo 13 años. El escenario le
apasionó desde que su padre lo llevaba al teatro cada semana en
Barcelona. Durante años simultaneó las tablas con el trabajo de
dependiente en una tienda. En el cine debutó con 28 años. Pero
su gran pasión, por encima de cualquier otra, fue el teatro y tuvo su
propia compañía muchos años. «Le fascinaba todo, desde actuar hasta
producir o montar el escenario. Creo que lo único que lamentó es no
haber llegado a tener su propio teatro. El Alfil le gustaba. Eso es lo
único que quiso tener y no logró», cuenta su única hija, Carmen.
«Por
lo demás dice, nunca le oí una recriminación o una queja por ser un
eterno secundario. Al revés. Le satisfacía mucho su trabajo y se sentía
querido y recompensado». Carmen habla en pasado, aunque su padre está
presente en la conversación, porque todo ese aspecto de su vida es una
página cerrada ya en su cabeza. «Mi padre decía que es mejor ser
un actor de prestigio que una estrella; y él, sin duda, era un actor de
prestigio. No es pasión de hija, pero cada vez que hacía un papel lo
bordaba». Trabajaba mucho; siempre fue disciplinado, puntual y
muy ordenado cuenta, pero le quitaba toda la importancia y mérito a su
oficio. Repetía aquel dicho de que «esto consiste básicamente en llevar tus líneas aprendidas y no tropezar con el decorado».
Siempre
se definió como «un tipo normal» y era discreto en extremo. Hasta el
punto de no definirse nunca ni en asuntos de política ni de religión y
ni siquiera de fútbol. Su hija asegura que no le gustaba nada hablar de
eso ni en privado, que en su casa solo se hablaba de cine y de teatro y
de los asuntos de la vida cotidiana. Saza decía que un actor,
como actor, no debía decir «ni los años que tenía». Sin embargo, él
nunca pasó inadvertido. Su talento creando personajes inolvidables y su
físico peculiar lo convirtieron en un actor único. La nariz
aguileña, la mandíbula sobresaliente y la sonrisa desbocada siguen ahí,
cuando hace un esfuerzo para levantar la barbilla que la artrosis ha ido
clavando en su pecho. Porque Saza se yergue cuando le hablan y, sobre
todo, cada vez que el fotógrafo dispara. En realidad es más
difícil fotografiar a sus compañeros, que no se quedan quietos. Tito
Valverde, que llega como un vendaval, tiene bromas para todos y se mueve
con una agilidad que a Saza se le antoja mareante. Pero sonríe.
Hecha
la foto, la conversación pasa a recordar anécdotas de lo sucedido 25
años atrás en Albacete, mientras rodaban Amanece, que no es poco. Total
unanimidad entre los actores: «Un rodaje inolvidable, irrepetible y
divertidísimo». Se rodó en Ayna, Liétor y Molinicos, pueblos albaceteños
de la sierra del Segura, conocidos entonces como «la Suiza manchega»
por ser un vergel en medio del secarral manchego. Los actores y
el equipo se hospedaban en el único hostal de Ayna, en el que de la
noche a la mañana pasaron a convivir durante seis semanas una treintena
de actores y otros tantos técnicos. «Todo ocurría en ese
hotelito, así que estabas en maquillaje y de repente pasaba Saza en
pijama... Era maravilloso», cuenta Pastora Vega. Para el pueblo y los
alrededores fue un acontecimiento histórico. «Para que te hagas una
idea, dice Guillermo Montesinos, Samuel Claxton, el actor cubano que
hacía de hijo de Chus Lampreave, era el primer negro que veían».
Los vecinos, muchos de los cuales participaron como extras, se
implicaron en todo el proceso y eso aseguran los actores contribuyó a
darle una frescura irrepetible a la película. Gestionar ese caos con un
guion 'surrealista' es algo que solo podía hacer una persona: José Luis
Cuerda. En primer lugar, porque él era quien tenía en la cabeza una
historia, cuanto menos, peculiar; y, en segundo, por su carácter.
«Todo un carácter», coinciden los actores, que pudo manejar a los 94
intérpretes, 45 profesionales y 49 aficionados que participaron en ella.
Ahí es nada. «La clave fue la labor de Cuerda, sentencia Gabino Diego.
El punto de locura y de confianza que tuvo en todo lo que hacía».
Pero
maticemos: a Cuerda no le gusta que se diga que la cinta es
surrealista. «De surrealista, nada. Todas las cosas que aparecen en la
película tienen una lógica. Lo que hago es pegarle un revolcón a la
lógica. Trato de tirar del hilo y ver hasta dónde se puede llegar a
partir de situaciones normales o de tópicos». Ítem más, el
filme se rodó en Albacete, donde nació y creció Cuerda, porque es el
'hábitat natural' de esos sucesos: «Por raro que pueda parecer, alguno
de los disparates de Amanece los he oído de primera mano».Amanece, que
no es poco comenzó como propuesta de serie para TVE, donde trabajaba
Cuerda, y tardó años en convertirse en película, reconvertida hoy
gracias a las redes sociales en fenómeno fan de una generación que casi
no había nacido cuando se rodó. Cuerda pudo hacerla tras haber triunfado
ya con El bosque animado, pero teniendo en mente una cinta suya
anterior, Total, que no había tenido tan buena acogida. En TVE
le habían pedido que escribiera comedias, que no era lo que él quería.
«Entonces decidí que, si querían risa, iban a tener risa de la mía.
Sería una comedia, pero 'raruna'. En España era absurdo hacer comedias
al estilo Berlanga, porque ya las hacía él y nadie las iba a hacer
mejor». Así nacieron Total y Amanece, que el italiano Gianni Toti
definió con precisión de poeta: «Subruralismo».
Cuerda
está orgulloso de Amanece. Le resulta difícil elegir una escena, pero
«la secuencia en la que el cura y el cabo de la guardia civil discuten
sobre el libre albedrío ha sido una de las mejores que he hecho en mi
vida. Es un duelo de titanes entre dos actores magníficos, Saza y
Cassen, que le sacaban todo el jugo al texto». Luego, decenas
de frases que se han convertido casi en dichos populares: «Alcalde,
todos somos contingentes, pero tú eres necesario». «Déjate, déjate, que
un hombre en la cama siempre es un hombre en la cama». «¡Faulkner! ¿Es
que no sabe que en este pueblo es verdadera devoción lo que hay por
Faulkner?»... Tito Valverde lo corrobora: «Aún hoy me paran por la calle
y me recitan párrafos enteros de la película».
La conversación
deriva por anécdotas paralelas al rodaje. Recuerda Gabino que, después
de la película, Rubén Torres que interpreta al argentino plagiario y que
vivía en la región lo invitó a las fiestas de los pueblos. «'Aquí se
liga mucho', me decía. Yo iba a las fiestas a ver si encontraba el amor
de mi vida. Cada noche, me liaba y nunca llegaba a coger el autobús de
las 7 de la mañana, el único que iba hasta Hellín para coger el tren a
Madrid. Meses me tiré recorriendo las fiestas de los pueblos. Pero
ligar, ¡nada!». Entre bromas, Cuerda apostilla: «Gabino dejó huella
allí. Todavía lo adoran». Saza no puede seguir la conversación,
que para su escaso oído es un confuso ruido, pero se va sonriente y con
un efusivo «adiós, chata», que sirve igual para todos los presentes. Ahí
va, pasito a pasito, el último gran cómico de nuestro país, que Cuerda
dibuja a la perfección: «Un enorme talento al servicio de un físico
expresionista. Un hombre de una pulcritud y una amabilidad
paradigmáticas».
Queda la conversación en reflexiones
sobre si hoy se podría hacer algo como Amanece, sobre si el cine es hoy
mejor o peor. Ganan los pesimistas, pese a que Rellán defiende a los
jóvenes: «El ser humano lo hace todo mejor cada vez. Toca la guitarra
mejor, corre más... Otra cosa es que puedas o te dejen hacerlo. Si la
gente tuviera la libertad y la posibilidad de hacer las películas y las
series que tienen en la cabeza, serían mejores que las de antes». ¿Habrá segunda parte? No. A
nadie le parece una buena idea, aunque Cuerda confiesa que tiene
guardado en el cajón otro «disparate» que nunca se sabe... Y como para
dar por zanjado el encuentro, cuenta una anécdota sobre lo pesado que
puede ser un rodaje o una sesión de fotos que se está alargando más de
lo previsto: un día, mientras grababan en Molinicos, apareció un señor
con una escopeta. La Guardia Civil lo paró y le preguntó adónde iba con el arma: «A pegarle un tiro a los del cine, que me tienen harto».
No están todos los que son... Pero son todos los que están.
De izquierda a derecha, Gabino Diego, Pastora Vega, MIguel Rellán,
Guillermo Montesinos, José Sazatornil, Tito Valverde, Enrique San
Francisco y José Luis Cuerda, protagonistas y director de Amanece, que
no es poco. Antonio Resines no pudo participar por un problema de salud.
Privadísimo
-Nació en Barcelona en 1925, hijo de un acomodado fabricante de cajas de embalaje. Quedó huérfano de madre siendo niño.
-Tiene una sola hija, Carmen, dos nietos y una bisnieta.
-Interpretó
papeles inolvidables, como el de La escopeta nacional, de Berlanga,
pero el Goya al mejor actor de reparto se lo dieron por una película de
Mercero, Espérame en el cielo, en 1989.
-No tenía actores de referencia. Al que más admiraba y quería era a Martínez Soria, que para él siempre fue «don Paco».
-Nunca ha bebido ni fumado ni ha tenido vicio conocido, más allá de ser un adicto al café. Hasta doce al día se tomaba.
-Hace
años publicaron su necrológica al confundirlo con un periodista del
mismo nombre. No se ofendió. Al contrario, el recorte cuelga en una
pared de su casa."
EL SEMANAL. 6/10/2013
8 comentarios:
Qué grande es este hombre. Sin duda uno de los últimos buenos que nos queda de esta generación de actores. Un beso grande, Antonio!! :D
pedazo de actor, buenísimo.... y pinta facha tiene sin hacer ni un gesto... ahí con su bigotico... buenísimo... FELICES FIESTAS A TODOS.
Hola BK..... sí, siempre me encantó el bueno de SAZA, para mí es un ejemplo de artista humilde, señor, elegante y con nivel. Es muy bonito el perfil, un abrazo
Sí, es un pedazo de actor Héctor.... de hecho el personaje de Martínez el Facha de GIN estoy convencido que está basado en su efigie, sin duda. Abrazos
a que si !!!
Creo que sí.... estoy convencido que sí.... "Martínez el Facha" es un tebeo de la factoría de El Jueves absolutamente maravilloso, con unos personajes divertidísimos.... sin duda, uno de mis preferidos. Abrazos
Me crucé con él el sábado, y sí, ya te dije que está muy mayor.
Nada de autógrafos my friend, por razones obvias.
Un abrazo
Guti
No por favor.... Saza no está para esas coaas.... me alegro que lo pudieras ver.... lo que me duele es haber sido tan sumamente torpe como para no ir a verlo al teatro, que ioportunidades he tenido.... la última se me escapó por un tema familiar.... es una persona sumamente profesional y talentosa.... me encanta como actor y con esa dicción tan magnífica.... qué pena que haya perdido su memoria... es parte de la memoria del cine y el teatro español... un abrazo Guti
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