He dedicado mención aparte a este emblemático espacio, ubicado dentro del Museo de la Revolución de la Habana. El antiguo despacho presidencial, lugar lleno de historia y que fue sucesivamente ocupado por todos los presidentes cubanos hasta Batista.
En este lugar estuvieron personajes como Churchill y otros estadistas, y aquí es donde vinieron, fusil en mano, tropas revolucionarias en busca de un Batista que, obviamente, no andaba esperando. Aquí es donde se produjeron las reuniones con los comandantes, con el Che. En la sala adjunta del Consejo de Ministros es donde unos y otros dirigían el cotarro.
Se puede acceder con una total libertad, nadie parece darle ningún valor. Por que uno es respetuoso con estas cosas, ya que nadie vigila si deseas sentarte en el sillón o descolgar el teléfono aparentemente chapado en oro. Cuadros de prohombres que la historia valora, como el Sr.Céspedes, presiden la sala. El lugar guarda una enorme carga de autenticidad, sin ningún artificio y con la pátina de la historia y el tiempo. Hasta el baño está abierto y se puede entrar, resulta muy curioso e interesante.
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