No dejan de sorprenderme las cosas en que invierten las instituciones públicas con las grandes necesidades que existen en todos los ámbitos. Una campaña "anti rumores" me recuerda a viejas arengas de propaganda de los años 20-30-40. Dejo aparte el diseño gráfico que habla por sí solo, además de la imagen de esa Zaragoza protegida por paraguas ante las nubes-bocadillo y su lluvia de rumores.
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