Poder disponer en tu casco urbano de un edificio singular del siglo XV no es un tema menor. Destruirlo para construir un miserable adosado es lamentable y aborrecible. Mientras las instituciones y los ciudadanos no valoremos nuestro legado histórico, arquitectónico, cultural no seremos más que lo que somos, una panda de ignorantes.
(Fotografía: Heraldo de Aragón y Google Maps).
No hay comentarios:
Publicar un comentario