Don Jacinto lo quiere todo, lo tiene todo, lo compra todo. En la bonita ciudad de Guimaraes, este activo anticuario, al que tuvimos ocasión de saludar, ha creado un emporio comprando locales aquí y allá y llenándolos de objetos de colección, de menor y mayor calidad. Más caro que el jamón, pero esas son las ventajas de los monopolios, que ponen los precios que quieren.
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