Ya han pasado 12 años desde aquella inolvidable visita a Polonia y a algunos de sus lugares más relevantes, un país formidable y que me dejó una huella profunda. Hoy se conmemora el 80 aniversario de la liberación del campo que simboliza de forma inequívoca el desastre del Holocausto y no puedo más que dedicar un humilde post en este blog que habla de cosas tan sencillas como los tebeos, el rock o el coleccionismo, para reflexionar un segundo sobre este tema, sobre todo en estos tiempos convulsos en el que los totalitarismos huelen sangre y asoman de nuevo por las rendija, sin careta, sin camuflaje, de frente. Que haya oligarcas, empresarios, quienes sean, que por un momento apoyen o empujen a formaciones que defienden a los que son responsables de tragedias humanas como Auschwitz no deja más que reafirmarme en que el ser humano es el único animal infame que, de forma reiterada, tropieza una y otra vez en la misma piedra y no deja de ser el peor de los seres vivos con sus semejantes.
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