La verdad que hay mucho mito con las pelis de la Universal y, como en todo, hay perlas y ladrillos de difícil digestión. Cuando se rodó el Drácula de Lugosi en el 31 por las mañanas rodaban la peli en inglés y por la noche la versión en castellano, con los mismos decorados, pero con actores "hispano parlantes" y otra forma de ver la vida. La verdad que es un film que se ve con entrañable cariño pero resulta un disparate de actuaciones, en mi opinión de quinta categoría, con un Drácula, el de Carlos Vallarías, pues que eso, un poquito de risa. Memorable y loquísimo Renfield, digno de psiquiátrico.
Por otro lado otra pieza visualizada, de 1936, La hija de Drácula, a remolque de la serie de pelis de monstruos. Otro ejercicio fallido en casi todos los aspectos, quizás con algún momento plástico inquietante e interesante pero con un guión más que cuestionable y un elenco de quinta que hace aguas por todos lados. Es bueno verlas, de todas maneras, para darse uno cuenta de lo buenas que son las otras y poner a alguna de ellas en el Olimpo que les corresponde.
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