Siempre me han interesado las logias, en Estados Unidos tienen un protagonismo extraordinario. Algunas, como la de Filadelfia (impresionante) son visitables, otras como la de Nashville, pues no. Teniendo a Andrew Jackson como primer gran maestre poco debo añadir a su peso como lugar de encuentro, conocimiento y poder. Llamo al portero automático y no entienden muy bien el motivo de mi visita, pese a ello, y un poco fuera de protocolo, un amabilísimo y extrañado caballero, con gorra masónica en ristre, tiene a bien enseñarnos los salones de retratos, la biblioteca y una parte del museo, no el salón de ceremonias. Nos empuja a abreviar nuestra visita y, con un folleto explicativo, se nos quita de encima.








No hay comentarios:
Publicar un comentario