Ayer acudí a ver la presentación del último disco en la Sala Arrebato de la banda zaragozana PICORE titulado "Líbranos del mal". Tremebundos, directos a la tripa, honestos, sin concesiones. Picore es una rara avis en el horizonte. Hacen lo que les gusta, no entran al juego, se siente libres de hacer lo que quieren, no quieren gustar, quieren contar... si te mola, bienvenido, sino, es lo que hay. Me llamaron la atención desde aquella extraña y antisistema aparición en "El Lobo" en la extinta Antena Aragón. Bajo mi punto de vista cada vez se extreman más, más difíciles, más técnicos (impresionante Pablo a la batería), Libi es caso aparte, que manera de rasgar el bajo. Quizás un pero, monotonía. A lo mejor es que he profundizado poco en el disco pero me sono bastante plano, para mí el más flojito de todos. Son un oasis en el marasmo de mediocridad existente, tienen momentos de energía cósmica diría yo, brutales, viven y disfrutan con lo que hacen. Son carne de cañón europea y de públicos más preparados.
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