Deliciosa mañana de rastro, con buen tiempo, bastantes puestos y alguna cosas que merecen post aparte. Hay un par de puestos que son joyas, gente con excelente gusto, como Fernando, que siempre trae cosas que merecen atención y conocer más sobre ellas. Fascinante ese espejo de latón y bronce, yo creo que de alguna tienda de belleza o comercio de época, me lo traído a casa, años 30. Hemos sustituido el típico de plástico por esta maravilla tan evocadora, hecha con alta calidad, espejo algo picado (que todavía me gusta más así) y pié con plomada.
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