Una de las tiendas más polvorientas, desordenadas y mugrosas en las que he estado, con las empleadas a juego, llenas de simpatía y espesura. Como el nombre indica, extraño, son gente extraña. Me costó ganármelas pero al final hasta nos reímos un rato. No son baratos, el sitio es muy bueno, pero merece la pena buscar entre ácaros, polillas y telarañas.
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