Recién llegados a New Orleans, con cierto punto hambriento, nos encontramos cerca de nuestro hotel este Vampire Café, gracioso y con unas camareras vampiras bastante revoloteantes y nocturnas. La comida, como casi toda la comida americana, mala (aunque fue de lo más decente que comimos en la ciudad), cara y con menos matices que una rala hamburguesería.... dicho lo cual, como siempre, buenos detalles vampíricos y bebidas en forma de goteros de plasma.... Comen muy mal, desastrosamente mal (así están), está claro, pero la cuestión es pasárselo bomba y vender camisetas.
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