Para mi, uno de los juguetes con una de las cajas más bonita de la historia. Mi devoción por Josep Mari, ilustrador de Airgam viene por algunas de las ilustraciones de la serie Monstruos, ésta es absolutamente pop y digna de un museo, en mi opinión. Impactante, absolutamente relevante, icónica y con un uso del color extraordinario. Este hombre, olvidado y del que, yo sepa, no se conserva ni un solo original, podría estar hoy en día en cualquier Comicon firmando originales (si fuera de Arkansas obviamente), de hecho, gran responsabilidad de toda la devoción que existe por esta saga Monstruos la tiene él y su trabajo de candil orfebre, artesano de la publicidad.
No es fácil encontrar este juguete, consiste en una gran caja llena de materiales para que uno se convierta en un monstruo como Dios manda. Llevaba tres caretas, Frankenstein, Drácula y esa especie de Fantasma de la Ópera (aunque había variabilidad), pero estas caretas son de látex, y con el tiempo suelen revenirse y cuartearse, convertidas en un elemento sólido que el tiempo devora y mineraliza hasta el polvo. Además, llevaba un cetro con mini-cráneo, un hueso con clavo, la clásica dentadura monster, un antifaz y la divertidísima sabanilla fantasmal.
He encontrado este ejemplar con la caja maravillosa, que es lo que me interesa, pero con elementos revenidos y la ausencia del antifaz. He contactado con la gente de Sanromá (magníficas personas), me ha atendido Miquel Sanromá, amabilísimo. Esta empresa, Sanromá, que todos ustedes conocen como reyes del material de broma (Mi-shan-fu), doctos en bombas fétidas, anillos disparantes de agua y otras delicatessen, son los proveedores de máscaras y complementos de este set de Monstruos. Miquel no vende a particulares pero, tras comentarle la situación, ha tenido a bien en venderme (estoy a la espera) tres caretas, la de Drácula, Frankenstein y la Calavera que todavía guardan en stock desde los 70. Del marciano pulpo, esa especie de Fantasma de la Ópera y los complementos hace tiempo que no queda nada.
Es alucinante que en estos tiempos digitales, en una nave de Hospitalet, queden materiales de estos juguetes maravillosos, poder contactar con el dueño, que te trate con tanta amabilidad y que te ayude a reponer el material destruido, impagable. Sorpresivamente en esta caja todavía sobrevive la plancha protectora de plástico que protegía el material además de las "bases" de un par de caretas, bonitas piezas para un juguete sobresaliente. Estoy encantado de la vida, están siendo unos tiempos muy monstruosos.
Me ha encantado la caja en la que venían de "ventilador compacto". Mi mujer, chica paciente, me ha mirado como diciendo "¿Qué hace este iluminado comprando un ventilador el 25 de septiembre?".
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