domingo, 8 de mayo de 2011
Miguel Ríos, concierto de despedida en Zaragoza
El viernes cerramos un interesante círculo al asistir al último concierto de Miguel Ríos en Zaragoza.
Con casi 70 años en su vida y 50 en la música, Miguel Ríos es un ejemplo, icono y modelo de rockero que para sí quisieran muchos países.Sigue manteniendo una estupenda voz, de grandísima calidad, va acompañado de unos músicos excelentes, el sonido es impecable, todo un profesional. Este tipo fue un aporte creador único en este país.... en los últimos 70 viajó por Reino Unido y se empapó de los que es un gran concierto, profesional, de calidad.... y lo importó a España montando los conciertos más tremendos que se vieron en este país en los primeros 80, inolvidables.
Recuerdo perfectamente aquel Rock&Rios en Zaragoza, también el concierto de la Romareda, luego ya no lo volví a ver hasta hace dos días y a fe mía que no ha perdido ni un ápice de voz.
Los años pasan, Miguel Ríos se mueve lo que le corresponde en el escenario y el concierto fue un viaje en el tiempo. De mucha calidad eso sí. Su "rock", muy ochentero, sus "allrights" y "c´mons" suenan vintage, y mucho temas se quedaron en aquel sonido tan característico que compartío con la Mondragón y otras bandas, fuera de mercado hoy en día. Grandes rocks, buenos blues, algo de swing, buenas recuperaciones de "El Río" y "Vuelvo a Granada", algunas perlas robadas y un rockero inestimable en su aportación que se retira de la carretera... a su pesar creo yo, porque Mike Rivers podía dar aún juego, está en plena forma.
Honesto en sus planteamientos el granadino, apoyado con una excelente base rítmica y un grupo de viento fantástico que le da "cuerpo" y textura a la propuesta. Lo que menos me convencieron fueron los guitarristas, bastante "pose" pero flojitos en la mezcla, aunque cumplieron su encomienda.
Por poner un pero.... las pantallas, las imágenes, las texturas, las debe haber hecho alguna sobrina de Mike con el power point, dignas de los 80.
Me alegro mucho de haber ido el viernes a ver a Miguel Ríos. Lo compartí con un buen grupo de amigos y, viendo el panorama que nos rodeaba, me vi envejecido pero con categoría, las carrocerías circundantes daban susto. El Blues del autobús.
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