Hay como una especie de ansia viva norteamericana de ser historia, participar en la historia, una cierta frustración creo yo ante la corta historia propia, que no deja de ser impresionante, pero corta. He visto bastantes ejercicios de sana frustración norteamericana pero este quizás es uno de los más tremendos.
A finales del XIX no se les ocurre otra cosa que construir, a escala 1/1, una réplica de Parthenon ateniense para celebrar el centenario de la ciudad de Nashville. El trabajo se le encarga al arquitecto y veterano confederado William Crawford Smith. Pero la cosa no acaba ahí. Como alguno de ustedes conoce, dentro del Parthenon ateniense existía una tremebunda estatua en oro y marfil de la diosa Atenea, hoy desaparecida, pues los amigos de Nashville de la mano de Alan Lequire, en los años 90 del siglo XX tiraron de poderío e hicieron la réplica que se conserva en la nao del edificio. La verdad es que pese a su pátina de centro comercial, el volumen y las dimensiones imponen y ayudan, en cierto modo, a calibrar el trabajo insuperable que hicieron los antiguos griegos en Atenas.
Por supuesto, a la salida, puedes adquirir todo tipo de merchandising. En este espacio se han rodado unas cuantas cosillas de cine y televisión, tiene sentido, da el pego y el espacio es amplio y propicio para rodajes y eventos.