Siempre que inicio un viaje tiene que haber un porqué detrás, que suele tener que ver con la literatura, las historias y la historia, el cine, los viejos tebeos de aventuras o algún sueño irrealizado. Todos los lugares tienen algo porque dentro tienen personas, casi siempre maravillosas, y esas personas generan historias y vivencias que rememoran aquellas emociones.... pero acaban siendo mucho más.
Sri Lanka, la vieja Ceylan de los tebeos, es un país lleno de historia, de aventuras, de viejos colonos europeos, portugueses, holandeses, los británicos y su emporio del té, las soberbias mansiones coloniales, las cacerías del tigre mil veces descritas en las novelas juveniles o los paseos en elefante de los hacendados propietarios. Lugar estratégico, al sur de la India, plataforma logística de primer orden, desde tiempos remotos de navegantes hasta su reciente participación como plataforma anti-japoneses en la Guerra Mundial.
Un país de buenas gentes, como todo país budista, con sus valores y bondad, azotado por guerras internas a principios de este siglo entre cingaleses y tamiles y abofeteado por el terrible tsunami en 2004.... pero parece reverdecer... Allá vamos, no se lo que encontraremos pero estoy convencido que gente estupenda y vivencias inolvidables.... Cojamos el viejo elefante y adentrémonos en una pequeña aventura.
Intentaré, desde mi deleznable y precipitada forma de hacer fotos (siempre me importa más lo que se ve que cómo se ve, así salen), mostrar imágenes que nos ayuden a conocer y recordar un país que nos suena lejano y que creo merece mucha atención.