El coleccionismo es algo maravilloso.... y bien gestionado, algo bueno para la comunidad.
Los coleccionistas son personas que rescatan cosas del olvido, las ponen en valor, estudian sobre ellas, intercambian conocimientos y materiales, intentan hacer llegar su pasión al resto de sus amigos, parientes y conocidos y, a alguno de ellos, consiguen transmitirle su amor por la búsqueda.
Una cosa es coleccionar y disfrutar de la diversión de la caza, que es la clave, y otra cosa es acaparar.... que acaba siendo una desvirtuación de la afición. Conseguirlo todo es imposible, sean Porsches o pegatinas, hay que saber gestionar el asunto para que no se convierta en un vicio incontrolable y la casa en un almacén loco, que también es muy respetable, aunque no suele encajar bien con el matrimonio.
¿Pero qué es la vida sino la búsqueda del Santo Grial? Tenemos el eterno anhelo de reencontrarnos con el objeto o la sensación que te devuelve a un momento mágico, inolvidable, casi siempre de tu niñez. El coleccionista da sentido a esa sensación con la colección, pero a la vez, genera conocimiento a su alrededor, por medio del archivo, la catalogación, el rescate del olvido, la comunicación, el intercambio, los encuentros, la amistad, los mercadillos.... y todo esto, no lo olvidemos, genera una importante economía.... material, pero sobre todo cultural.
España no es un país especialmente puntero en la cultura del coleccionismo, sí en el de la usura y el mercadeo sin piedad, je.... son sectores como el alemán, el británico, francés o norteamericano los paradigmas de la puesta en valor del objeto.... y es curioso como los programas televisivos, como American Pickers, Casa de Empeños, Buscadores de tesoros canadienses, están haciendo que a los de aquí, en vez de generarles un interés por coleccionar y cuidar les produzca un "esta historia la tengo hace años es vieja y vale millones"... a ver si cuela, je. Qué graciosos somos, irrepetibles.
Los coleccionistas estamos cansados del, "qué raritos sois", "sois unos freakys", "eso es basura y no se cómo lo guardas". Andamos catalogados como una especie de tipos raros, algo chiflados, que vivimos en nuestros mundos infantiles y estúpidos, en nuestros almacenes de polvo y telarañas, sea la colección de libros incunables, chapas de cava o cascos militares... ayyyyyy pobres gentes ignorantes, que desconocedoras son de estar ante una clase de personas privilegiadas, motivadas, divertidas y apasionadas por buscar, encontrar, cuidar y ser felices, simplememente viendo un bello objeto, que no en ganar dinero.
Claro que hay especuladores, como en todo, pero esos no disfrutan, o disfrutan menos ya que tienen la triste misión de haber convertido una pasión en simple trabajo mercantil, hay cosas peores.... jamás hay que pasar de coleccionista a mercader a no ser que las circunstancias obliguen....qué lastima mutar la excelencia de lo maravilloso por simple cash... no?, pero, como no podía ser de otra manera, es un oficio absolutamente respetable.
El coleccionista, especie privilegiada, divertida, apasionada, autónoma, ágil y llena de energía.... que siempre anda de aquí para allá observando. Auténticos arqueólogos anónimos de la historia contemporánea y la cultura popular.
Claro que hay especuladores, como en todo, pero esos no disfrutan, o disfrutan menos ya que tienen la triste misión de haber convertido una pasión en simple trabajo mercantil, hay cosas peores.... jamás hay que pasar de coleccionista a mercader a no ser que las circunstancias obliguen....qué lastima mutar la excelencia de lo maravilloso por simple cash... no?, pero, como no podía ser de otra manera, es un oficio absolutamente respetable.
El coleccionista, especie privilegiada, divertida, apasionada, autónoma, ágil y llena de energía.... que siempre anda de aquí para allá observando. Auténticos arqueólogos anónimos de la historia contemporánea y la cultura popular.
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