Me lo he pasado muy bien. Será porque Alex de la Iglesia es de mi quinta, amante de los tebeos y con gustos parecidos a los de este humilde servidor, pero sus últimas películas, no muy valoradas por la crítica, me parecen valiosas y mantienen un alto tono de calidad.
La peli es como todas las del vasco, anárquica, desmesurada, ácida, coral y arriesgada. Como es habitual, un reducido universo temporal y físico, un valioso elenco de artistas y un profunda crítica a la sociedad televisiva en la que vivimos. Me encantó la emocionante Salma Hayek, demostrando que es mucho más que lo que le ofrecen en las pelis hollywoodienses, notable José Mota en un papel muy complejo, gran dicción y un enorme esfuerzo por hacerlo muy bien que quizás le resta un poco de naturalidad, pero creo que el buen artista podría ser un excelente actor de cine.
Personajes de cómic, momentos de locura, caos and disorder del misántropo de La Iglesia para acabar con un digno final. Ya quisieran en USA tener a unos cuantos guionistas y directores como el bueno de Alex.
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