Intentando terminar la filmografía del napolitano un querido amigo me facilita este peli de 2004, con un enorme Toni Servillo, actor fetiche, tremebundo en ejecución.
La película es extraña y no para todos los paladares, llena de poesía por momentos, de tristeza en otros y algo coja en su fase más de acción, donde el napolitano no se encuentra cómodo. Sorrentino es un esteta y, como tal, desborda barroquismo en ciertas fases y a mi me encanta. No utiliza tanto la música como en su filmografía posterior y se nota, en la ausencia de Italia en la cámara y el entorno, muchas menos referencias a Fellini.... pese a todo, pedazo de película.
Servillo es tremendo y estos papeles le van a medida. Lástima no haberla visto en versión original ya que el doblaje no está a la altura.
Hacer esta película con 34 años es para quitarse el sombrero.
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