Un delicioso, amable, austero, profesional y encantador descubrimiento en Corea, mi lugar de desayuno favorito allá donde fuere. Una encantadora coreana, impecable y diligente, te sirve con primor un café con leche digno de la mejor cafetería colombiana, a todo ésto puedes añadir un extraordinario bollito de chocolate o el inconmensurable kouign amann, una mezcla respostera de palmera, croisant y no se qué más aderazada con un extraño sirope que vamos, es el acabóse.
La marca, Blu Shaak (un extraño guiño occidentalizado a tiburón azul) es, además, aplicada con excelencia en todo cuanto concierne al comercio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario