En Corea no hay hard rock, ni heavy metal, ni progresivo ni death, ni thrash, nada. Con lo que son aquí estas gentes les pones un tema contundente y pueden morir de un colapso, je. Tal es así que no he conseguido escuchar en ambiente ni un solo tema con un mínimo rasgeo de guitarra.
Excepto hace un par de días. Entré en un pequeñísimo anticuario de Busan, un local ínfimo repleto hasta el techo de trastos, nada interesante menos la lámpara que muestro. El anticuario un venerable anciano, enjuto, de metro y medio no pasaba, oscuro y escondido en las sombras. Cual es mi asombro cuando empiezo a escuchar Slipknot de fondo, caray con el abuelo, una sonrisa en mi cara. La cara de él no tan sonriente y me mira con extrañeza.
Hablo con mi mujer y le comento. “por fin un poco de tralla en este país”.... mi mujer me mira con una mirada entre compasión y somriente... “pero no te das cuenta que lo que está sonando es tu bolsillo?”. Efectivamente, le había dado sin querer al audio del movil en random y había empezado a sonar el infierno en la tierra. Apagué inmediatamente el sonido y pedí humildes disculpas al sufrido hombrecillo.
2 comentarios:
Buen relato Antonio. Seguro que si ven una camiseta de Iron Maiden, alucinan los coreanos. Por cierto, ¿ hay tiendas de cómics ? Si es así, cuelga alguna foto, porfa... Saludos de Javier y disfrutad del viaje.
Aqui hay de todo, he visto brutales pero no soy mucho yo de manga, posteraé alguna; abrazos
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