El viejo Monasterio de Rueda sobrevive a 74 km de Zaragoza, sacado de la ruina absoluta, el abandono y el expolio absoluto, el viejo espacio cisterciense vive un nuevo presente, convertido en Hospedería y rehabilitado con respeto e inteligencia. Hoy en día, tras haber sido corral de ganado, refugio de las tropas en la guerra y objeto de escarnio por unos y otros, las obras del Gobierno de Aragón para recuperarlo lo han puesto de nuevo en órbita. Situado en un lugar quizás con pocas visitas en el entorno, que no se me hacen necesarias, la propia y tranquila estancia en el Monasterio basta y sobra como motivo de viaje. El antiguo Palacio del Abad sirve como centro neurálgico de la Hospedería, que aún guarda algún tesoro... la galería bellamente restaurada, la vieja hospedería, los antiguos talleres, la cocina, el fantástico claustro, la sala capitular, la vieja y reflotada iglesia... todo se junta formando un conjunto, que sin ser tan impresionante como Poblet goza de todos las componendas de un monasterio cisterciense de pro, al cual se le añaden, como excelente plus, el trabajo artesanal de los mudéjares que poblaban la zona. Un lugar muy bello y poco conocido y visitado por los zaragozanos. Hotel sensacional, amplio y tranquilo, bodega preciosa, restaurante muy interesante. Todo ello, a 70 km de casa. Una mención especial a las marcas de cantero de las piedras, una colección formidable... cada una marcaba cada piedra para luego cobrar por pieza, os adjunto una foto de una sillar marcado con la marca de una espada.
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