No todo iban a ser parabienes en este periplo. El hijo de Paul Stanley, Evan Stanley, es un voluntarioso guitarrista lleno de entusiasmo pero que, seguramente por su joven edad, aún transita lleno de carencias. No le veo el talento del papá, para qué nos vamos a engañar, tampoco me gusta el estilo de la banda, un pseudo-pop-nosequé que me empujó a abandonar el evento a la tercera canción.... por ser justos tengo que decir que veníamos de ver a pesos pesados, y en la comparación el jovenzuelo salía injustamente mal parado. Tiene ganas eso sí, un 10 a la actitud.
No me pareció bien que el sábado a las 21,30 (hora selecta) les dieran cancha en los mejores escenarios a Evan Stanley y Sophie Simmons, no están a la altura de los compañeros de barco, pero estas cosas funcionan así. Habrá que esperar a ver por donde se conduce el hijísimo pero, de momento, sus flirteos musicales no me interesan.
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