¿Quizás uno dos mejores rastros del Mundo? Sin duda. Muchos años sin acudir y tengo que reconocer que ha perdido pujanza y puestos, no es lo que era, pese a todo, visitar el rastro de Madrid sigue siendo un placer, saludar a aragoneses que tienen sus viejas almonedas, como Roberto de Barataria, o la preciosa tienda de Judith, "Living Retro". Madrid, además de tomar la calle con su rastro, abre las puertas de las almonedas y anticuarios haciendo de la visita lo de siempre, un imperial festival de los sentidos.
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