No hay manera. Pasan los años y sigo sin encontrar un monigote que llevarme al buche del maestro José Escobar, padre de Zipi y Zape, Carpanta, Petra y tantos otros. Es un dibujante escurridizo, con pocos originales danzantes, un tipo que se tomaba muy en serio y que daba valor a su trabajo, uno de los grandes que crearon el legado de la escuela en Bruguera, de los que montaron el Tío Vivo, siempre admirado por el resto de sus compañeros.
Escobar incluso llegó a dar clases por correspondencia en una especie de pseudo-academia para nuevos dibujantes de tebeos que, con gran rigor, gestionaba para sacarse alguna perrilla más.
Si alguna vez os cruzáis con un original de Don José, ya sabéis, dadme un silbido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario