Partiendo de el hecho de que la transcendencia popular no es lo más importante, y que la que importa es la cercana, personal y con los míos, si que me sorprende la capacidad de transcender de ciertos personajes históricos que, pese a su breve paso por el Planeta Tierra, han dejado profunda huella tanto en nuestra cabezas, en las modas y en las emociones.
Cuando uno habla de William Shakespeare o Edgar Allan Poe, acaba imaginando a viejos pensadores que acaban sus días delante de una veterana mesa de escribir y con las espaldas guarnecidas de una poblada biblioteca, siempre con la voz de la experiencia por bandera.... luego ves su biografía y su escaleta vital y te sorprendes ante la brevedad de su existencia.
Aquí van unos sorprendentes ejemplos de la edad alcanzada por personajes transcendentes.
Napoleón, 52 años
Shakespeare, 52 años
Oscar Wilde, 46 años
Charles Dickens, 58 años
Frank Zappa, 53 años
Kafka, 41 años
Alla Poe, 40 años
Steve Jobs, 56 años
Jimmy Hendrix, 27 años
Van Gogh, 47 años
Mary Shelley, 54 años
Nietzsche, 56 años
Aristóteles, 62 años
Esopo, 56 años
Velázquez, 61 años
Charlie Parker, 35 años
David Bowie, 69 años
Prince, 58 años
Es sorprendente la brevedad de sus vidas y el peso de su legado. Pensar que uno va a cumplir la edad en la que falleció mi querido Frank Zappa dejando 80 discos a sus espaldas da vértigo. Son personas intensas que, pese a su corto periplo, han dejado muesca en el libro de la historia.
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