Una de las debilidades de los turineses es el cine. Los que están dentro de las galerías comerciales del XIX son soberanos, como el LUX y este Cinema Romano. Un viaje en el tiempo, terciopelos granates, dorados y renovación arquitectónica propia de mediados del XX, con neón incorporado. Está ubicado dentro de la impresionante Galería Alpina, en pleno centro de la ciudad.
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