Además de pasear por las inmensas distancias de Prora con el aire del Báltico en la cara es muy valiosa la visita al Centro de Documentación, regido por una asociación judía. En él, además de poder ver cómo es la arquitectura interna de este tipo de instalaciones, puedes observar fotografías, documentación, planos y abundante información del proyecto.
Como anécdota contaré que, el amable y venerable anciano de la taquilla me atendió de manera huidiza en un más que pobre inglés. Cuando casi terminamos la conversación me preguntó "Disculpe, ¿es usted ruso?"... me dio la risa y le dije que era español.... en ese momento todo cambio y las cosas fueron como con otro karma. En Alemania la cosa está muy malita con los ruskis.
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