De vez en cuando, muy de vez en cuando, me acerco al Parking Expo, los años lo hacen perezoso a uno, pero allí te encuentras a los maestros de la acumulación. Cuando tú vas ellos ya están con el cafecico y en amena conversación, gente profesional. La verdad es que había cosas, y muchas. He encontrado una preciosa colección de posavasos, muy selecta, a precio ridículo (en San Bruno mínimo a euro cada pieza) y he disfrutado de una mañana muy agradable con una temperatura y un cierzo que, por una vez, convertían este páramo en un espacio medio vivible.
Se me ha erizado el pelo con ese Porsche 917 de Triang, pero el vendedor lo tenía a precio de tienda fina barcelonesa o madrileña, ya no hay sorpresas, o muy pocas, cuando todos tenemos un móvil en la mano. Precioso ese tablero de oca de los 60, difícil y prccioso.
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