Deliciosa mañana de julio con una temperatura que ya la quisiéramos todo el año. Animoso el rastro, divertido y lleno de halcones rápidos. He asistido a un par de disputas entre coleccionistas cuando han salido un par de lotes de kiosko, son como niños, je. Me han birlado, en mis propias narices cuatro tomos del Drácula de Buru Lan a precio de baratija, estoy perdiendo claramente facultades asesinas, je. La biciceta es una auténtica obra de arte.
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