Le tengo especial cariño a esta furgoneta ya que mi abuelo y mi padre tuvieron una de carácter comercial, delicadamente pintada a mano y que hoy en día no haría ningún asco tenerla en un museo del automóvil. Dicho lo cual, para muestra un botón. Esta imagen nos presenta dos furgonetas de la marca, una fenomenal de Pepsi Cola y otra convertida en un virginal paso procesional. Lo dicho, valían para todo.
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