Excepcional. Aunque la verdad es que le echamos ganas yendo hasta un barrio secundario de Lecce con un tiempo de perros para ver este soberano museo ferroviario. Te recibe un voluntario que brinca los setenta años, culto y amabilísimo, que le da al interruptor y te "enciende el museo", después lo pudimos ver en soledad.
Una excelente colección cuidada con amor y esmero, vagones de correos, vagones prisión, colecciones de maquetas y todo tipo de artefacto y accesorio para que cualquiera se vaya de allí sabiendo como funciona y funcionaba una red ferroviaria. Tras la excelente visita, una buena conversación con el veterano sabio de los trenes, gran conocedor de nuestro país muy contento del interés que mostramos por la muestra. Muy bien el merchandising, unos bonitos imanes, un buen catálogo y otras hierbas la mar de apetitosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario