13 RUE DEL PERCEBE, BARCELONA

No podría ser de otra manera, cualquier otra cosa no hubiera encajado. Conozco desde finales de los ochenta la ubicación de la residencia de Francisco Ibáñez en Barcelona. El maestro, en su correspondencia casi siempre ponía en los remites de sus cartas un adhesivo dorado con su dirección y teléfono particular. Nunca, por cuestiones de prudencia y respeto, he desvelado este dato, faltaría más, pero se hizo público hace tiempo el inmueble, sito en la Gran Vía de Barcelona, haciendo esquina con Bac de Roda, ya que en dicha esquina se instalaron semáforos de peatones con las figuras de Mortadelo y Filemón, un bonito detalle municipal con el artista, además del rincón en la Biblioteca García Márquez.

Que yo sepa ha vivido en esa casa más de cuarenta años. Es un inmueble sencillo, humilde, que recuerda a 13 Rue del Percebe, haciendo esquina, ladrillo sin zarandajas, portal sobrio, de techo bajo, portero automático y la vida sigue. El local, casi parece diseñado por Ibáñez, ese Bar Restaurante Los Porrillos podría ser perfectamente en el que se reunían Chicha, Tato y Clodoveo o estar en Rebolling Street. Poder ver la casa de obrero, de currante, en la que vivía el mayor éxito editorial de la historia del tebeo español lo dice casi todo de él como individuo, y del tebeo español. Dedicado en cuerpo y alma al trabajo no hubiera encajado un chalet en una zona exclusiva, tampoco se si "los dibujitos" daban para tanto o que simplemente era un tipo de barrio, seguramente será lo segundo.