lunes, 2 de noviembre de 2009

Ejecuciones, castigos y parrillas brujiles




La verdad es que a los españoles nos critican, y con razón, por todo el tema de la Inquisición, su forma de actuar y sus torturas, pero ojito con los escoceses que no se quedan atrás con sus tormentos. Hay dos espacios en Edimburgo tristemente ilustres, la plaza de Grassmarket, lugar donde se celebraba la antigua feria de ganado y además las ejecuciones públicas con soga al cuello. Flanqueda por el castillo y altas mansiones es el lugar idóneo donde se podían acumular varios miles de espectadores, como es el caso de los asesinos Burke y Hare, que empezaron asaltando tumbas parta suministrar cadáveres a la Universidad pero que idearon más tarde un sistema más sencillo que el robar cuerpos en los cementerios vecinos, ya que en los mausoleos se estaban colocando rejas protectoras para evitar los robos. Atraían a su casa en un callejón ya desaparecido a niños indigentes, ancianos y prostitutas y directamente se las cargaban... materia prima recien hecha. Tras cepillarse a su 16ª victima fueron apresados, Burke fue ejecutado ante 25.000 personas y su cuerpo fue donado para disecciones. Comimos un rico pastel de carne en The Drop, chulísima y agradable taberna a pie de horca. Tampoco se queda atrás la planicie enfrente del castillo. Como recuerdo queda una sencilla fuente en una esquina que hay que buscar, conmemora a las 300 mujeres que fueron quemadas en esa esquina desde 1479 hasta 1722 acusadas de brujería.

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