lunes, 20 de junio de 2011
MOLOTOV y su primer disco
Ayer, Sala Oasis, encuentro fuera de hora y día con los mexicanos Molotov, quizás una de las bandas más queridas y conocidas del país hermano. Antes, al mediodía, me crucé con bajista y batería por la Plaza de España y pude saludarlos mientras vagaban por el tórrido mediodía maño.
Por la noche, en Sala Oasis y tras unos insufribles teloneros a los que no quiero ni nombrar (música calimochera fiestera insoportable) aparecieron los mexicanos, músicos bregados, de vuelta de todo, buen rollito y un show más. La verdad es que no soy seguidor de la banda ni conozco su discografía, excepto ese sensacional primer disco que dio la vuelta al mundo y que, a mi entender, es el que soporta todas las canciones brutales y que mejor sonaron en Zaragoza. Primera fila. Me gustó mucha Tito Fuentes, pese al ciego que llevaba y el look Frank Zappa, distorsionó y estrujó las seis cuerdas con sabiduría y ampostura rockera, divertida la doble sección bass (dos bajos qué locura!) con Paco y Micky distorsionante y profunda, slow motion mexican. Aquel "Dónde jugarán las niñas" es un disco inolvidable, y fue a raíz de la aparición de sus canciones y el curso final del concierto donde toda la furia poderosa numetal que atesoran salió a la luz, con más limpieza y acierto.
Un concierto más a la mochila, divertido, cómodo y de una banda que quizás anda un poco en tierra de nadie, como le suela pasar a muchos proyectos musicales que brincan los 13-15 años de existencia.
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